El jefe del bloque de diputados nacionales del PRO, Nicolás Massot, sostuvo que este será un año con más justicia social y mejor salario real, aseguró que el Gobierno ya tiene las leyes clave para gestionar hasta 2019. Además ponderó la labor de la dupla Emilio Monzó-Elisa Carrió en el plano político de Cambiemos.
En un entrevista con Télam, el diputado por Córdoba, de 32 años, relativizó las movilizaciones gremiales anunciadas para la semana próxima, al afirmar que lo que más genera el clima actual son los debates y pulseadas internas por poder de los propios representantes sindicales.
Con formación universitaria económica, Massot, que conduce a los 41 legisladores de Unión Pro y juega un papel de obrero silencioso de las negociaciones con los bloques opositores, ve aún a amplios sectores de la oposición con mucha madurez institucional para elaborar una agenda común, a pesar de las especulaciones que pueda haber, y que ya hubo, frente al año electoral.
Massot, figura del ala más política del oficialismo, confesó que su trabajo para anudar acuerdos con el interbloque y la oposición se apoya, en el recinto, en la experiencia del radical Mario Negri y de la propia Carrió.
-¿Cuáles son las expectativas en este año parlamentario y electoral al mismo tiempo?
-A diferencia del año pasado, el Ejecutivo no tiene pendiente ninguna ley clave para la gestión de gobierno, de vida o muerte para la administración del presidente Macri. Este año, la agenda va a pasar más por la propia agenda que genere el Parlamento. Obviamente no quiere decir que el Ejecutivo no vaya a enviar proyectos, pero ninguno es de extrema urgencia para la gestión. Y esto, a pesar de que es un período con comicios de por medio. La única ley clave desde lo económico que nos quedó sin aprobar fue la de mercado de capitales, muy importante después del éxito que ha tenido el blanqueo, para poder sentar las bases de un mercado de crédito fuerte. Vamos a insistir con ello.
-¿Y desde el interbloque Cambiemos que se va a impulsar?
-Estamos discutiendo, pero la ley de Elisa Carrió y Mario Negri, del Tribunal de Defensa de la Competencia, será una de ellas, que nos parece importante para complementar las medidas y las nuevas regulaciones del Banco Central y Secretaria de Comercio con esto de los precios transparentes. Y por otro lado, la ley de tarjetas de crédito, lo que nos dará un marco general para seguir combatiendo el gran problema de la inflación.
-Usted comenzó con Carrió en la política, ¿verdad?
-Siempre fui, desde muy joven, votante de ella y cercano a sus ideas y a su acción, aunque nunca tuve una militancia muy activa. Lo que me dio ese momento, en el que yo estaba en la actividad privada, fue percibir que la política no se podía hacer part time, y darme cuenta que la única forma de poder incidir es dedicarse a pleno, y en ese momento, que estaba cerca de Lilita, fue que lo conocí a Emilio Monzó, en 2010, y la verdad que con él fue desde el principio una experiencia muy reveladora. Por más que parezcan de perfiles distintos, Emilio y Lilita tienen muchísimas cosas en común, tal vez lo único diferente sea su procedencia, y el hecho de que él tenga una vasta trayectoria en cargos ejecutivos, como intendente y ministro, pero la verdad es que se nota claramente que ellos dos acá hacen un tándem, una gran dupla, y eso para mí fue de gran ayuda y facilitó mi labor.
-Lo caratulan como hombre de Monzó...
-Yo les digo que se ahorren los adjetivos, yo soy un hombre de Emilio 100 por ciento y siempre me entusiasmaron su visión política y su estilo humano.
-¿En qué quedó el reclamo de Monzó de más política en Cambiemos?
-Eso no es de ahora o de hace algunos meses, es desde que llegamos al Pro y luego cuando nació Cambiemos. Su premisa es que la Argentina va a un bifrentismo partidario, que ya se está en eso y hay que buscar su equilibrio, y en ese contexto interpretar que la gente hoy valora mas las individualidades y los cuadros en particular. Y esos cuadros están en todos los frentes, incluso en el PJ, terreno en el que nos falta avanzar. Por esa idea, la UCR está en Cambiemos, y Lilita. Es eso mismo lo que hay que con algunos grupos o cuadros del justicialismo. Tenemos que generar el volumen político para afrontar reformas clave para el mediano y largo plazo.
-Parece difícil lograrlo ahora en lo interno, y para afuera también.
-En algunos distritos ya se ha dado. como en provincia de Buenos Aires a nivel municipal. En Jujuy se dio originalmente, con el vicegobernador; en Corrientes, lo mismo. Y en muchísimos municipios lo mismo. Ahora lo que planteamos es a nivel nacional, no orgánicamente, pero si con buenos dirigentes en particular.
-Lo que no pasó en diciembre, que muchos auguraban, parece estar por pasar ahora en marzo, con paros nacionales y movilizaciones gremiales duras.
-Lo más importante es saber distinguir la situación de los 44 millones de argentinos de la situación de muchos representantes políticos, sindicales y sociales que en alguna medida los representan, pero que lo que más genera el clima actual son sus debates internos de poder. Los políticos opositores aprovechan la situación en un año electoral y se suman a las pulseadas y tensiones de poder del gremialismo, en sus intentos de reunificación de las centrales obreras y movimientos sindicales. No hay que perder de vista que, sin bien no se da en la velocidad ni en la intensidad que queremos, en muchos sectores, y principalmente en el consumo, esta empezando una recuperación. Eso se esta dando en jubilados, que por primera vez en seis años el índice de aumento le ha ganado a la inflación semestral por casi cuatro puntos. Lo mismo va a ocurrir con los trabajadores formales con las paritarias. La discusión y el ruido se esta dando probablemente por excesos. Muchos creo que están con elecciones en sus gremios y debatiendo internamente quién es el mas duro. Y eso se traduce en movilizaciones, protestas y declaraciones candentes. Se va a cumplir la meta de inflación y las paritarias van a provocar un aumento de ingreso real, tras varios años, para la economía formal.
-Pero van a tomar la calle...
-La calle la toman los representantes de la economía formal y de trabajadores en relación de dependencia, que suelen ser los de mejores salarios, en comparación con el tercio de la población activa, que está en situación precaria, que no está sindicalizada y que no tiene forma de alcanzar la paritaria, y la única paritaria que le podemos dar a ellos ahora es la reducción de la inflación, no hay otra, mientras combatimos la precariedad laboral. La receta kirchnerista fue que la fiesta la pagaran los pobres con la inflación, un invento de ellos en una década en que en el mundo no había inflación. Hay un cambio de paradigma del macrismo por encima de kirchnerismo, que se traduce en mucha más justicia social, mucha más distribución económica y mucho mas salario real para los que menos tienen, le guste al que le guste, es así, no se discute, puede venir Kicillof, puede venir cualquier economista del FPV, podemos discutirlo, pero los números son los números.
-Es un desafío grande para el oficialismo sortear con éxito los próximos meses.
-Tenemos que demostrarle a toda la sociedad que aun en un año electoral podemos hacer funcionar el Congreso con leyes tal vez no resonantes, pero importantes para el país. Y creo que vamos a estar a la altura porque vemos amplios sectores de la oposición con mucha madurez institucional para elaborar una agenda común. A pesar de las especulaciones que pueda haber, como la de Sergio Massa, el otro día (cuando pidió en redes sociales comparar a Macri con Fernando De la Rúa), creemos que hay conciencia que hace 10 años de que gobierne quien gobierne tiene que haber un diálogo permanente.