La sangría de funcionarios de la administración Javier Milei se profundizó con la salida de Mario Russo del Ministerio de Salud, y ya van 68 integrantes que se sumaron al gobierno de La Libertad Avanza y dieron un paso al costado por distintos motivos.
La estadística marca que desde el 10 de diciembre presentan la renuncia dos funcionarios cada dos semanas, uno cada cuatro días de gestión. De acuerdo a datos que recopiló el politólogo Pablo Salinas, el ranking lo encabeza la cartera de Capital Humano, que concentra el 26% de las dimisiones, seguida por Economía con el 25%, Jefatura de Gabinete de Ministros con el 13%, Salud el 7% y Justicia con el 4%.
Russo forma parte de una lista extensa de dirigentes que se sumaron al proyecto libertario y, debido a fuertes internas, choques y escasos resultados de gestión, terminaron fuera de la función pública. Una nómina que tiene a Francisco Sánchez, uno de los últimos casos, que se despidió de la Secretaría de Culto por una decisión del Presidente; Nicolás Posse, que supo comandar la Jefatura de Gabinete y entró en cortocircuitos con Karina Milei y Santiago Caputo, y Guillermo Ferraro, una pieza relevante de la campaña de LLA y que le dijo adiós al comando de la cartera de Infraestructura por divulgar el contenido de una reunión de gabinete.
El ranking de salidas lo encabeza Capital Humano con el 26% de las dimisiones
Las secretarías y subsecretarías de diversos ministerios también entraron en convulsión. En el área de Sandra Pettovello, uno de los primeros caídos en desgracia fue un hombre de confianza, el secretario de Trabajo Omar Yasín, responsabilizado por el jefe de Estado de haber convalidado un aumento de sueldos a los integrantes del Poder Ejecutivo.
En ese ámbito, y con escándalo incluido que todavía no está resuelto en el plano judicial, con denuncias de corrupción de por medio, Pablo de la Torre, al frente de la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, fue eyectado. Con él, se despidió todo su equipo de trabajo, con varios dirigentes del PRO y el peronismo que asumieron funciones, dedicaron tiempo a diversas tareas, como negociar con movimientos sociales la entrega de alimentos, y ni siquiera llegaron a ser designados oficialmente. Al día de hoy, muchos de esos dirigentes mastican bronca y cuestionan a Pettovello.
Como señala ante este medio un hombre que conoce desde adentro los movimientos de la cartera de la ministra, actualmente la única posibilidad de sobrevivir en la función pública es “no mostrarse” y cultivar el perfil más bajo posible, en un escenario plagados de internas y descoordinaciones por la falta de experiencia.
Lo que termina produciendo demoras alarmantes a la hora de tomar decisiones y brindar celeridad a la gestión. De hecho, fuentes libertarias señalan que todavía faltan funcionarios en áreas estratégicas y que muchos expedientes se demoran sin firma. “Nadie se quiere equivocar por miedo a ser despedido”, indican.
Antes de la salida de Russo, fue despedido Sánchez, el secretario de Culto, que dependía de Cancillería. Sus declaraciones altisonantes en diversos foros, en contra del matrimonio igualitario y del divorcio, hicieron que diera un paso al costado por Nahuel Sotelo.