El año pasado la empresa petrolera de Cristóbal López, Oil Combustibles, ya había avisado que se fundía: presentó un escrito ante la Secretaría de Energía explicando que la imposibilidad de exportar los llevaba a la ruina. Y recibió, al igual que otras petroleras, una ayuda importante a través de Cammesa, la transportadora de energía, que le empezó a comprar el barril de petróleo a US$ 80.
Exportar, dijeron las fuentes de la empresa, no era rentable: afuera el barril de petróleo costaba US$ 40, mientras que el gobierno argentino compraba los barriles a Neuquén y al Golfo a US$ 72 y US$ 62, respectivamente.
La ayuda sigue vigente, pero a un valor inferior. Antes de irse, Axel Kicillof pagaba una diferencia de US$ 77 el barril a las petroleras. En enero, Mauricio Macri bajó ese valor a US$ 67 el barril, dado que la situación fiscal no era la misma. Todas las refinerías, incluyendo YPF, recibieron la asistencia, porque ninguna podía exportar y acumulaban el combustible sin poder venderlo. “A YPF se le paga US$ 82 el barril”, indicó una fuente. El Grupo Indalo explicó que hubo una reunión en Energía, el año pasado, con todas las empresas petroleras, de donde salió ese plan de asistencia.
Ayer, La Nación publicó una investigación en la que reveló que Oil estaba al borde de la convocatoria de acreedores y que tenía pensado cambiar el domicilio a Comodoro Rivadavia.