POLITICA
LA CRISIS POSPASO

Dujovne, injusto candidato a chivo expiatorio

En las próximas horas lo convertirán en el responsable de los resultados económicos que llevaron al gobierno a perder las PASO. Pero él no fue el principal culpable.

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Nicolás Dujovne, Ministro de Hacienda | Néstor Grassi

No fue hace tanto tiempo. Fue en noviembre del año pasado. El entonces ministro de Hacienda Nicolás Dujovne había dicho: “En la Argentina nunca se hizo un ajuste de esta magnitud sin que caiga el Gobierno".

Bueno: el gobierno de Mauricio Macri no cayó. Sólo perdió por más de 15 puntos unas elecciones que parecen ser ilevantables, en medio de una recesión que no da tregua y con largos dos meses por delante hasta las verdaderas elecciones presidenciales de octubre. Y no cayó Macri, pero acaba de caer el mismo Dujovne.

Pero Nicolás Dujovne es apenas un fusible de una derrota aplastante. Él no fue el principal responsable de la política económica de este Gobierno. Simplemente fue su cara visible, el que le tocó negociar con el Fondo Monetario Internacional. El responsable de este modelo fue y será Mauricio Macri.

 

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Y no es que esté mal el reemplazo de Dujovne por Hernán Lacunza. Porque el fusible nunca puede ser el Presidente de la Nación y porque el gabinete necesita dar algunas señales de cambio tras el shock electoral del domingo pasado.

Ahora, Dujovne es el candidato ideal para convertirse en chivo expiatorio del fracaso electoral. Pero fue Mauricio Macri el que decidió atar su gobierno a la coherente y obsesiva búsqueda del déficit cero. Un objetivo que los gobiernos buscan, pero no lo suelen hacer en medio de una crisis económica. El macrismo, en cambio, de la mano de Dujovne y del FMI, intentó con disciplina llevar esa política adelante. Y en ese sentido nadie le puede decir que no tuvo éxito. Por eso, el pasado 11 de julio, el entonces ministro Dujovne celebró que durante el primer semestre de este año el país había obtenido 30 mil millones de pesos de superávit. Un logro en medio de una economía desolada y de un país paralizado con tasas de más del 60%, con pobreza creciente y sin inversión.

Esa política duró hasta la semana pasada, cuando después de la derrota, el Presidente Macri comenzó a tomar medidas heterodoxas en las que nunca creyó y empezó a inyectar dinero en las calles. Y claro: Dujovne ya no era el hombre indicado para ser el predicador oficial de esta nueva etapa. Hasta acá llegó.

CP