La jueza Carmen Argibay, integrante de la Corte Suprema de Justicia, reclamó ayer nuevamente al Gobierno de Néstor Kirchner una definición sobre la conformación del tribunal y opinó que siete ministros "causan menos problemas que nueve" a la hora de dictar sentencia.
"Si quieren bajarlo a siete, encantados", expresó la magistrada al referirse al número de jueces de la Corte, que formalmente está compuesta por nueve ministros aunque, en los hechos, tiene dos cargos vacantes desde hace más de un año.
En declaraciones a radio Del Plata, Argibay exhortó al gobierno a eliminar los puestos sin cubrir, para lo cual la administración Kirchner debería presentar un proyecto de ley ante el Congreso.
El Presidente, en caso de optar por la preservación de nueve cargos, debería proponer candidatos para ocupar los dos sillones vacíos, y aunque el propio Kirchner firmó el decreto 222 que lo obliga a elegir aspirantes a la Corte dentro de los 30 días posteriores a la producción de una vacante, el tribunal funciona desde hace más de un año con sólo siete ministros.
"La reducción nos parece muy bien, ya lo hemos dicho", expresó Argibay, y añadió: "En este momento me preocupa más que nos den el número que tenemos que tener, porque en la situación en que estamos no podemos formar mayorías".
Sucede que, para dictar sentencia, la Corte requiere una mayoría de cinco o más votos coincidentes, y habiendo sólo siete ministros en sus cargos, las disidencias impiden consensuar una resolución.
El propio titular de la Corte, Enrique Petracchi, y el juez Eugenio Zaffaroni, han reclamado a Kirchner una definición sobre la conformación del supremo tribunal, en el que se produjeron seis vacantes desde que el santacruceño llegó a la Casa Rosada en 2003.
Los ahora ex jueces de la Corte Julio Nazareno, Adolfo Vázquez y Guillermo López (que luego falleció) renunciaron en medio de los juicios políticos impulsados por el gobierno, mientras Eduardo Moliné O'Connor y Antonio Boggiano fueron destituidos por el Senado y Augusto Belluscio dimitió por razones de edad.
Kirchner nombró como sucesores a Zaffaroni, a Argibay y a los jueces Elena Highton de Nolasco y Ricardo Lorenzetti, pero dejó vacantes desde octubre de 2005 los puestos que ocupaban Boggiano y Belluscio.
Argibay contó hoy que se ha incrementado la demanda de justicia, sin que paralelamente se hayan reestructurado los tribunales: el "aumento de la litigiosidad de forma exponencial" se traduce en un "crecimiento increíble de número de causas y hace años que no se modifica la estructura judicial". "En muchos casos, el problema de los tiempos se debe a cuestiones de infraestructura o falta de integración de los tribunales", completó.
La jueza precisó además, que "hay una enorme cantidad de vacantes en los puestos judiciales, cubiertos por jueces subrogantes. No se terminan de llenar las vacantes, a veces por demoras en el Consejo (de la Magistratura), en otros por culpa del Ejecutivo que no manda los pliegos y en otros, del Senado que no trata los pliegos".
En otro orden, Argibay manifestó tener "una sensación de tristeza" por el alto índice de corrupción que tiene la Argentina, de acuerdo con el último informe de la organización Transparencia Internacional, que además cuestiona el desenvolvimiento de los jueces.