Las maniobras de supuesto lavado de dinero del clan Medina, liderado por el sindicalista Juan Pablo “Pata” Medina, no sólo pasaron por el negocio de viandas montado a través de la empresa Abril Catering, como contó ayer PERFIL. Este medio pudo probar otro de los mecanismos de este grupo para blanquear el dinero obtenido de la supuesta extorsión a empresas de la construcción y la obra pública, que funcionó ante los ojos de las autoridades políticas que gobernaron la provincia de Buenos Aires en la última década y de los responsables de la petrolera estatal YPF, la vaca lechera del clan que lideraba hasta esta semana la Uocra de La Plata. Los Medina no son un fenómeno aislado. Son un capítulo más de cómo funciona el sistema de obra pública en la Argentina.
PERFIL contó en su edición de ayer que las empresas que operaban en La Plata contrataban a Abril Catering, que llegó a mover $ 1.000 millones en los últimos diez años. Techint, Contreras Hermanos, BTU, Esuco, Skanska y Panedile son algunas de las grandes empresas que pagaron servicios a Abril Catering y engrosaron de esa manera los bolsillos de los Medina, hoy detenidos. A esto, se sumaba otro método de supuesta extorsión y blanqueo de dinero ilícito.
Agustín Facundo Medina tiene 27 años y es hijastro del Pata. Es hijo de Fabiola García, actual esposa del Pata, y adoptó el apellido Medina. En los últimos siete años percibió salarios por $ 2,6 millones de distintas constructoras y contratistas de YPF en la refinería de La Plata, como la brasileña Odebrecht, hoy investigada por irregularidades en licitaciones y pago de sobornos.
El hijastro de Medina está lejos de ser un trabajador calificado de la construcción. Maneja un Audi A5. Su esposa, Lara Muñoz, tiene un Peugeot 208 y una supuesta empresa de catering, Rey del Cielo SA, ideada según la investigación del juez federal de Quilmes, Luis Armella, para blanquear millones de origen ilícito.
Los empresarios que dialogaron con PERFIL contaron que uno de los mecanismos de extorsión de los Medina era exigir a las empresas la contratación del entorno familiar y de afiliados que nunca iban a trabajar. “Era una de las formas de blanquear el dinero que nos exigían para poder operar en YPF”, contó uno de los ejecutivos. Si una obra requería diez obreros, Uocra La Plata exigía la contratación de otros diez que estuvieran afiliados al grupo de los Medina. “Estos siempre debían percibir sueldos altos. Así que exigían que figuraran como veedores o personal especializado”, agregó otro ejecutivo. Así, recaudaban una suma fija por mes en cada obra y la blanqueaban en forma de salarios. El mecanismo se repetía, empresa por empresa, en todo el territorio de La Plata, “sin excepción”, dicen en las cámaras empresariales.
El hijastro del Pata Medina es un claro ejemplo. Cobró de Odebrecht $ 1,3 millones mientras duró la obra de la brasileña en la refinería de YPF en Ensenada. Allí, la constructora realizó la unidad de reformado catalítico continuo y otras obras. El contrato de la brasileña comenzó con Eskenazi, en 2009, y se extendió hasta fines de 2014, cuando la petrolera ya había sido reestatizada.
De acuerdo con Odebrecht, Agustín Medina “trabajó en la empresa como oficial especializado –maquinista–, y era uno de los diez delegados sindicales indicados por el gremio para el proyecto. El sueldo y la indemnización fueron acordes a su categoría establecida en el convenio gremial, el acta acuerdo vigente y el establecido en la ley laboral. La desvinculación fue por la finalización del proyecto”.
Tras su salida de Odebrecht, Medina siguió cobrando de otras contratistas de YPF: Zarlass Sa (metalúrgica), Tekoa (de montaje industrial), Tergen Sa (constructora) y Global Tecno SA (arquitectura e ingeniería). Entre 2015 y lo que va de 2017, percibió otros $ 1,3 millones.
Otra empleada vip de las contratistas de YPF es su madre, Fabiola García, esposa del Pata. En los últimos tres años estuvo empleada en varias empresas de la construcción, como Fos Ingeniería e Industria SRL, Inca Conglomerados y Porsidi. Además, es empleada pública en la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense. En abril fue contratada por Contreras Hermanos, una de las mayores constructoras del país, investigada, al igual que Odebrecht, por el caso Lava Jato.
Voceros de Contreras dijeron que la mujer del Pata Medina “estaba incorporada de manera eventual para el proyecto como veedora del cumplimiento de las condiciones laborales por parte del sindicato. Este era un requerimiento excluyente del sindicato para operar en la zona Destilería”. La hija de Fabiola, Marianela Luján Pagnoli, también es una trabajadora vip de la construcción. Pero en realidad, es socia de su cuñada en Rey del Cielo SA. Al igual que su madre, figura trabajando para Contreras Hermanos. Con anterioridad, cobró sueldos de otras contratistas de YPF. Ambas fueron desvinculadas tras su detención esta semana.
La CGT, sin ánimo combativo
Pasado mañana se realizará la postergada reunión del Comité Central Confederal de la CGT. A pesar de que la reunión se había gestado originalmente con el objetivo de iniciar un plan de lucha, tras la marcha a Plaza de Mayo del 22 de agosto, nadie espera que se avance en esa dirección. Habrá críticas, anticiparon influyentes secretarios generales, y advertencias ante la perspectiva de una reforma laboral.
Algunos especulan con que se faculte a la comisión directiva de la central para tomar medidas en el futuro, pero la mayoría de los integrantes de la mesa chica consultados por PERFIL reconocen que no hay ambiente político ni social para una estrategia combativa. Los vientos electorales soplan en favor del Gobierno, y el humor social está afectado por los escándalos judiciales que afectan a dirigentes gremiales.
Además, se retomó la senda del diálogo con las autoridades a partir de un acuerdo que tiene en el centro el corazón del mundo gremial: las obras sociales.
La reunión no contará con la tropa moyanista como responsables de la seguridad, lo que despertó enojo en el círculo de Pablo Moyano, que amenaza con no asistir. El sector estará representado por el secretario Juan Carlos Schmid, el impulsor de un endurecimiento con el Gobierno.