La conciencia del ministro del Interior, Guillermo Francos, sobre las dificultades de la negociación y la importancia que tiene para él que se aprueba la ley de Bases, se resume en una frase: "Si sale, voy a estar seguro de que Dios existe".
"Creo en Dios, aunque no soy un gran practicante", dijo, antes de exponer, con tono de humor, su prueba de fe, durante una entrevista en LN+.
Habló además sobre las características del presidente Javier Milei, quien definió como "un líder distinto que tiene una gran personalidad una gran convicción personal y que tiene mucho coraje para enfrentar los temas".
"Él está convencido de lo que hace y avanza y a veces es cierto que en su avance genera rispideces, genera molestias e algunos sectores pero él avanza”, lo defendió.
Guillermo Francos sobre Milei: "El acuerdo y la rosca política lo aburren"
Sobre el estilo del mandatario para comunicarse y su trato público consideró que entiende las nuevas formas de comunicación y que “interpreta lo que la gente piensa y trata de hacer entender a la gente en general cuál es el camino que él marca y por qué”.
Admitió que al Presidente "las reglas de juego tradicionales de la política, para él no son comunes” y por eso "le escapa a lo que sea la vinculación, el acuerdo y la rosca política porque lo aburre".
La nueva ley de Bases
El martes por la noche el gobierno de Javier Milei presentó un proyecto de ley de Bases más compacto, para intentar que esta vez se trate y se apruebe.
Desde que el proyecto de ley original fue descartado por la cámara de Diputados en febrero, su equipo se reunió decenas de veces con miembros del Congreso y con los gobernadores para elaborar un texto definitivo, una negociación que mantiene los tironeos y las idas y vueltas.
El vocero Manuel Adorni la valora como "una segunda oportunidad". "Confiamos que estamos en otro nivel de madurez", dijo el miércoles.
La nueva ley de Bases contempla, entre otros puntos, ampliar el tramo impositivo para incluir a más personas con ingresos en un proyecto de ley de reforma fiscal y reduce la cantidad de empresas estatales que el Gobierno pretende privatizar, con la exclusión definitiva de YPF.
Los bloques dialoguistas de la oposición están en la tarea de revisar la letra chica, aunque el gobierno confía en que la actitud en una nueva votación será diferente.
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