POLITICA
negocio en epoca electoral

Partido se alquila: los sellos codiciados por los outsiders

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La cantidad de partidos políticos se mantiene estable desde hace más de una década. En 2007, existían 674 partidos de distrito y 42 nacionales. Al 31 de marzo, eran 637 y 39 respectivamente, a los que se sumaron otros dos nacionales.

Por estar reconocidas en al menos cinco provincias, las fuerzas nacionales pueden presentar precandidatos a presidente. Condición codiciada, especialmente, por los aventureros electorales sin fuerza propia: figuras conocidas, pero outsiders, como José Luis Espert o Amalia Granata.

Frente a esa necesidad, aparecen los Alberto Asseff (titular de Partido Nacionalista Constitucional UNIR) y los José Bonacci (Unite por la Libertad y la Dignidad), cuyos acuerdos les permiten mantener la personería de sus “sellos de goma”, con beneficios extra: Asseff, por ejemplo, negoció con Miguel Angel Pichetto una banca casi segura como diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. Lo logró tras haber dado de baja unilateralmente el vínculo con el economista Espert.

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Otra categoría de partidos con una base de representación dudosa son los que arrastran un nombre histórico, pero ya desgastado: el Movimiento de Integración y Desarrollo (en 2015 apoyó a Sergio Massa, y ahora va con Juntos por el Cambio); el Partido Demócrata Cristiano (alineado con Roberto Lavagna); el Partido Demócrata Progresista (fue con Mauricio Macri en 2015 y esta vez no participa); el Partido Conservador Popular (parte del Frente Nos, de Juan José Gómez Centurión), o el Partido Autonomista Nacional (recuperado por el presidenciable correntino José Antonio Romero Feris).

Más recientes, figuran los partidos asociados a un dirigente en particular: el Partido de la Victoria, de Diana Conti; el Fe, armado en 2013 por el sindicalista fallecido Gerónimo “Momo” Venegas; Tercera Posición, de Graciela Camaño; el Partido de la Cultura, la Educación y el Trabajo, articulado por Hugo Moyano (aunque esta vez no va en ningún frente).

Tras la sanción de la ley de las PASO, en 2009, la cantidad de partidos tocó su piso en la historia reciente: los distritales descendieron de 674 en 2007 a 504 en 2013. Los nacionales con personería aprobada bajaron a 32 en 2014. Pero en los últimos años volvieron a crecer, de la mano de las alianzas: ese recurso les permitió superar el piso del 1,5% del padrón impuesto en las PASO. Además, la exigencia para fundar un partido no es demasiado inhibitoria: como máximo, se necesitan 4 mil firmas por distrito.

Respecto al supuesto negocio de armar y sostener un partido, un especialista en el juego electoral lo relativiza. “No es una gran fuente de ingresos. Pero sí es un elemento distorsivo de la democracia: 41 partidos nacionales generan una oferta fragmentada y muy inestable”, opina.

Las nueve fuerzas con precandidatos presidenciales recibirán casi 18 millones de pesos para la impresión de boletas. Esa cifra surge de multiplicar el costo estipulado de cada boleta (0,54 pesos, según la Dirección Nacional Electoral) por 33 millones de electores. Tras la elección, los partidos deben rendir esos gastos. Asimismo, el Gobierno formalizó en mayo la distribución del llamado Fondo Partidario Permanente. La suma ronda los $ 175 millones, de los cuales el 20% se repartirá de manera igualitaria entre todos los partidos reconocidos y el 80% irá en función de los votos obtenidos en la última elección.