Aún no estaban garantizados los votos cuando Eduardo “Wado” De Pedro ingresó al Congreso. El ministro del Interior llegó a las 19.45 horas para avanzar con el acuerdo por el que el oficialismo consiguió la aprobación del proyecto que reduce la coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires. La ajustada votación llevó horas de negociaciones de tres espadas que saca el Frente de Todos cuando está dispuesto a que los proyectos avancen: De Pedro, Sergio Massa y Máximo Kirchner. Los dirigentes no solo celebraron con aplausos finales la aprobación más apretada desde que asumieron, sino también con dos llamados: el de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
El oficialismo llegó al recinto sin los votos que garanticen el avance del proyecto que fija una quita de fondos al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta por el traspaso de la policía. Diputados de los bloques aliados que suelen acompañar los proyectos del Frente de Todos habían adelantado su rechazo, que en algunos casos terminaron siendo ausencias y abstenciones.
Para conseguir nuevos aliados, De Pedro se instaló con varios funcionarios de su ministerio en la Presidencia de la Cámara, en donde también estaba el presidente del bloque del Frente de todos, Máximo Kirchner. Había que convencer al gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, del acompañamiento de cuatro diputados de su provincia.
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Durante los meses del gobierno de Alberto Fernández, el jefe provincial (que no apoyó su candidatura presidencial), mantuvo idas y vueltas en su vínculo con el Gobierno. El último gesto de cercanía había sido una alianza electoral para competir en las elecciones de Río Cuarto del domingo pasado pero esto no le aseguraba el acompañamiento en la votación al oficialismo.
Las negociaciones con Schiaretti involucraron desde el Presidente hasta Massa y De Pedro. Durante esa tarde, el gobernador cordobés también recibió el llamado de la oposición que aseguraba que no acompañaría el proyecto. No fue el único opositor al que le sonó el celular. El oficialismo también llamó al radical Gerardo Morales para conseguir ausencias.
La clave en la negociación fue la modificación del proyecto inicial que fijaba un monto de $24.500 millones (recibía $65.000 millones) el envío del gobierno nacional para 2020 en materia de seguridad. El texto estableció la creación de una comisión para que el monto sea consensuado entre la Casa Rosada y la Jefatura porteña en un plazo de 60 días.
Para llegar a los 129 votos, el oficialismo no solo logró convencer al gobernador cordobés. También tuvo el acompañamiento de algunos diputados de Unidad y Equidad, Frente de la Concordia de Misiones, Justicialista, Juntos Somos Río Negro, y Movimiento Popular Neuquino.
Mientras contaban los votos, Massa dejaba de presidir la sesión para entrar y salir del despacho. Junto a De Pedro y Máximo mantuvieron los teléfonos activos para garantizarse que ningún acuerdo falle. Si se caía un voto, se caía la aprobación.
Después de las ocho de la mañana y con la sanción del proyecto que ahora vuelve al Senado, los diputados del oficialismo se reunieron en la Presidencia en donde celebraron con aplausos. En medio de las felicitaciones mutuas, Máximo pasa a una antesala para hablar por teléfono. “Te manda saludos Cristina”, le dice a Massa después de colgar con la Vicepresidenta, quien celebró la aprobación y ordenó que la modificación se trate en su recinto lo antes posible.
En ese mismo momento, el titular de Diputados hablaba con Alberto Fernández, quien había seguido la votación vía whatsapp y televisión. Después de la felicitación presidencial, Massa le pasó el celular a Máximo: “Te va a saludar tu presidente”, le dijo. Las diferencias internas fueron dejadas de lado mientras festejaban el avance contra Juntos por el Cambio.