El primer encuentro entre el presidente Alberto Fernández y el Papa Francisco en el Vaticano fue todo sonrisas, intercambio de regalos y fotos amenas. Sin embargo, apenas horas después de la cumbre, surgió la primera polémica entre la Santa Sede y Balcarce 50: aunque el jefe de Estado argentino lo negó ante la prensa, la oficina de prensa del Sumo Pontífice reconoció que se habló del tema del aborto.
Luego de compartir una reunión a solas por 44 minutos con el Papa, el Presidente brindó declaraciones donde confirmó que le pidió ayuda con la deuda, dialogaron sobre la pobreza y la situación de crisis que atraviesa el país. Incluso debatieron sobre la grieta y la necesidad de que "Argentina termine con sus tiempos de disputa". Sin embargo, Fernández negó que hubieran hablado sobre el proyecto de despenalización del aborto, que se frustró en 2018 pero podría volver a tratarse este año.
Pese a la negativa del mandatario argentino, el Vaticano publicó un comunicado minutos después de culminada la cumbre, en el que lo desmintieron. El texto de la Oficina de Prensa de la Santa Sede aseguró que durante el encuentro "se examinó la situación del país, con especial referencia a algunos problemas como la crisis económico-financiera, la lucha contra la pobreza, la corrupción y el narcotráfico, la promoción social y la protección de la vida desde su concepción".
En el inicio del breve informe, explicaron que "durante las cordiales conversaciones, se expresó satisfacción por las buenas relaciones existentes entre la Santa Sede y la República Argentina", y que, "en este contexto, se señaló la importante contribución de la Iglesia Católica en favor de toda la sociedad argentina, especialmente de los sectores más vulnerables de la población". También confirmaron que "se abordaron también temas de interés común en ámbito regional".
Según el comunicado de Presidencia, durante el encuentro hablaron sobre la situación económica y social de la Argentina. Además, los temas sobre los que dialogaron giraron en torno al presente y al futuro del país, y se centraron especialmente en la pobreza y en cómo superar la situación de crisis social que recibió el actual gobierno. El propio Alberto Fernández contó que pidió "ayuda en el tema de la deuda", que la reunión fue "muy grata, más que grata" y reafirmó que para él, el Sumo Pontífice es "muy importante" y "reconfortante verlo".
Voceros del gobierno aclaraon que “no todos los temas citados en el Comunicado de Prensa sobre la Audiencia con el Presidente de la República Argentina han sido afrontados en todas las conversaciones. Algunos han sido examinados en el curso del encuentro con la Secretaría de Estado, otros en el marco del encuentro con el Santo Padre”, para zanjar la discusión de si se trató o no el tema del aborto en la charla entre el presidente y el sumo pontífice.
Fernández y Francisco compartieron momentos distendidos como en el intercambio de regalos. Allí, el Papa le pidió a Alberto que "sean mensajeros de la paz", al entregarle una escultura con forma de medallón que simboliza la paz. "Este lo elegí yo para que sean mensajeros de la paz", agregó. A su vez, el Presidente le entregó un busto del Siervo de Dios conocido como "Negro Manuel", un libro sobre los cafés porteños y un tejido elaborado en un telar artesanal por jóvenes de la asociación civil Granja Andar.
DR/FF