La periodista Magdalena Ruiz Guiñazú denunció que el gobierno nacional borró la firma de Ernesto Sabato del Informe "Nunca Más" de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) que editó la editorial Eudeba (Universidad de Buenos Aires). Desde 2006 se anteponía un prólogo firmado por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación al prólogo original que Sabato firmó en el momento de su primera publicación.
"Creo que la apropiación de la Memoria es un robo inexcusable cuando, además, esa Memoria tiene carácter de Informe en un hecho jurídico, como bien lo señalaba el fiscal de Roma, doctor Caporale, quien lo afirmó públicamente cuando con Estela de Carlotto fuimos testigos en esa ciudad de la desaparición de ciudadanos de origen italiano", señaló la periodista en una editorial publicada en La Nación.
Posteriormente al texto de la periodista, la Editorial Eudeba dio a conocer un comunicado en el que señaló que ""A propósito de la nota publicada hoy en la edición impresa y on line del diario LA NACION por Magdalena Ruiz Guiñazú titulada Robar a los Muertos , la Editorial Universitaria de Buenos Aires quiere informar que tanto la edición 2012 del libro Nunca Mas al igual que la primera edición publicada en 1984, no llevan la firma de Don Ernesto Sábato en el prólogo".
Ruiz Guiñazú habìa señalado que "suprimir de este proceso el nombre de Ernesto Sabato es simplemente robarle (a quien no puede replicar) una tarea asumida con enorme responsabilidad en años en los que las Fuerzas Armadas tenían aún un gran poder (recordemos los golpes de Semana Santa, Villa Martelli, La Tablada, etc)".
Periodistas en Twitter comenzaron a dudar de la existencia de la firma del escritor en el documento. Perfil.com habló con la periodista, quien ratificó todo: "Yo estuve en la reunión donde decidimos que Sabato iba a firmar. La firma estaba y la sacaron".
"Por lo tanto, cabe preguntarse si quienes se permiten semejante atropello no deberían ocupar su tiempo en, por ejemplo, redactar otro "Nunca Más" con los desaparecidos por la Triple A, que floreció durante el gobierno constitucional de Isabel Martínez de Perón. Seguramente su agitado proselitismo partidario no debe permitirles ese tiempo fundamental", graficó la periodista en la editorial.
En su editorial explica que "La Triple A fue el huevo de la serpiente de la dictadura de 1976. De allí surgieron los primeros grupos paramilitares y parapoliciales que golpearon a muchas familias, como bien recordaba Tati Almeyda, de Línea Fundadora de Madres de Plaza de Mayo. Apropiarse entonces de escritos jurídicos y considerarse dueños de la defensa de los derechos humanos son hechos vergonzosos que al menos un hombre digno y valiente como Ernesto Sabato por suerte no ha llegado a presenciar".