Desde Italia, Scioli marcó el número de celular de uno de sus hombres de máxima confianza pero no pudo comunicarse. Insistió una vez más, creyendo que la distancia atentaba contra la llamada, pero tampoco lo consiguió. A los pocos minutos la compañía de teléfono le advertía que su consumo había llegado al límite establecido, por lo que no podría realizar más llamadas.
Inmediatamente se comunicó con el secretario de Gobierno, Eduardo Camaño, encargado de controlar los gastos, y pidió que le reestablezcan el servicio, excepción que consiguió a las pocas horas. El gobernador bonaerense se quedó sin crédito y sufrió así el ajuste sobre los gastos del gabinete que ordenó implementar el año pasado en medio de la crisis económica.
A través del decreto 130 de 2012, Scioli creó el "Régimen de uso responsable y optimización funcional de Servicios de Comunicaciones Móviles" y fue Eduardo Camaño el encargado de comprobar el ajuste.
