POLITICA
por la casa del ex funcionario

Procesan a la mujer de López, a empresario y a una monja

El fiscal Delgado también solicitó al juez Rafecas que dicte un segundo procesamiento contra el ex secretario de Obras Públicas por ser el dueño encubierto de la propiedad en Dique Luján, Tigre.

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¿Quién guardaría un tesoro en un lugar que no fuera suyo? Para el fiscal Federico Delgado, la confesión de José López ante el juez Daniel Rafecas de que guardaba los casi US$ 9 millones en un contrapiso justo arriba de su cama fue la frutilla que le faltaba para sostener que la casa de Dique Luján, en Tigre, pertenecía al ex funcionario kirchnerista. Por eso pidió ampliar el procesamiento de López, de su esposa –María Amalia Díaz– y de los dos presuntos testaferros, el empresario Eduardo Gutiérrez y el contador Andrés Galera.
“López y su mujer son los verdaderos dueños de la casa de Dique Luján y vivían allí. Además, no puede perderse de vista que López, al momento de prestar declaración indagatoria, refirió que los US$ 9 millones los tenía ocultos en su casa de Dique Luján; más precisamente, en un contrapiso del tanque de agua ubicado arriba de la habitación personal de él y de su esposa”, sostuvo el fiscal en su dictamen.
La indagatoria del jueves había sido convocada para hablar sobre la casa de Dique Luján. Pero López aprovechó la oportunidad para enviar una serie de mensajes diciendo que el dinero venía de la política, y mencionó nombres vinculados a la ex presidenta Cristina Fernández (como el dirigente Jorge “Topo” Devoto) y al presidente Mauricio Macri (Angelo Calcaterra). Cuando le tocó hablar de la vivienda de Dique Luján, sostuvo que no le pertenecía, aunque aludió a ella como “mi casa” cuatro veces.
Esa referencia, más una sumatoria de indicios, pruebas y testimonios, fue tomada por Delgado para pedir un nuevo procesamiento; sería el segundo para López, que ya está procesado por enriquecimiento. El fiscal sostuvo que Galera y Gutiérrez –contratista del Estado– fueron dueños nominales del terreno de Belgrano 1018, Dique Luján, pero que desde 2009 las refacciones que se hicieron en la vivienda fueron dirigidas por López y su esposa. Hay intercambio de mails entre el arquitecto y la mujer de López, y planos de la remodelación.
Delgado también reclamó al juez que procese a la monja Inés Cecilia Aparicio como presunta encubridora. “Las pruebas que demuestran que la hermana Inés ayudó a López a ocultar los rastros del delito son contundentes”, dijo Delgado, basado en las numerosas llamadas telefónicas y las imágenes grabadas por el sistema de seguridad del convento.
El fiscal apuró la junta médica para certificar si la madre Alba es inimputable. “Su resultado será decisivo para la investigación”. Para Delgado, permitirá revelar si las hermanas María Antonia Casas y Marcela Estefanía Albín mintieron al prestar declaración testimonial y también formaron parte del encubrimiento; o si, por el contrario, la hermana Alba fue la cómplice.
Mientas, el juez Rafecas realizará el próximo martes otra inspección en la casa de Tigre para ver el contrapiso del tanque de agua que nadie advirtió en la primera diligencia. También aguarda los análisis sobre el celular iPhone de López, luego de que el acusado diera su clave, y citó a declarar al diputado kirch-nerista del Parlasur Alejandro Karlen, quien, según López, le habría advertido que lo estaban vigilando.