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Reducen la seguridad en los trenes para ahorrar recursos

Las autoridades disminuyeron la cantidad de efectivos de Prefectura y Gendarmería. Dicen que no afectará a los pasajeros.

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“Es una empresa deficitaria, no puede ser que el 80% se vaya en salarios”, dijo Marcelo Orfila, ex Aeropuertos Argentina 2000, al poco de pisar Operadora Ferroviaria Trenes Argentinos Sociedad del Estado (ex Sofse), en una de las reuniones con los jefes de esa empresa, que gestiona todas las líneas de trenes urbanos y provinciales. La frase comenzó a volverse palpable en marzo pasado, cuando ordenó reducir el número de custodios contratados de Prefectura Naval y Gendarmería Nacional, que pasaron de 593 uniformados desplegados en 46 estaciones a 399 efectivos en 39 puestos: achicó 32,71% la vigilancia de las estaciones.
La decisión tuvo su reflejo en el ahorro salarial. Bajó casi 80 millones de pesos anuales el monto destinado a cubrir el pago de los efectivos que, cada día, reforzaban la seguridad en las estaciones de las líneas Sarmiento, Mitre, San Martín, Roca, Belgrano Sur y Tren de la Costa. Esa medida permitió, además, ordenar los convenios por adicionales que mantenían con ambas fuerzas, que estaban vencidos desde diciembre del año pasado.
“Lo que se hizo fue ponerle cerebro a la operatividad de la seguridad, y eso redundó en un ahorro de plata. Se trabajó con el Ministerio de Seguridad y se adecuó al mismo esquema de Policía Federal o Bonaerense, que tiene dos personas por estación. Por ejemplo, teníamos personal de seguridad en un lugar donde antes no había nada, después se puso un alambrado y después una pared, y el puesto de seguridad seguía ahí. No tenía sentido estar ahí”, explicó Orfila a PERFIL.
El ex gerente del Grupo Monarca y ex directivo de Carrefour dijo que el dinero estaba “mal usado”. Precisó: “El gasto de seguridad es uno de los más importantes después del de personal”. La consideración sobre el nivel salarial del personal de la ex Sofse no es azarosa porque el sector gerencial de la empresa se elevó los sueldos a poco de llegar a la compañía estatal, quedaron entre 160 mil y 200 mil pesos mensuales.
En el ajuste, la peor parte se la llevó Prefectura, que bajó un 37% su cantidad de efectivos. Para Gendarmería, la poda fue del 29%, que implica una baja de $ 47 millones anuales, según confirmó una fuente del área.
La reducción, que se ordenó en marzo y se hizo efectiva
en abril, parece ir a contramano de una de las preocupaciones principales de los pasajeros de las distintas líneas ferroviarias urbanas: la seguridad.
La evaluación negativa de ese aspecto fue ubicada en torno del 60% por los pasajeros en el segundo semestre de 2014 en la línea Sarmiento, casi un año después de que el Estado se hiciera cargo de su administración, según una encuesta encargada por la administración anterior. “Subimos la seguridad, la pusimos más eficiente y mejor. No bajamos para nada el nivel de la seguridad”, insistió Orfila, al aludir a las consecuencias de la medida tomada.

Una conducción de gerentes
La suba de salarios para los gerentes que votó la nueva conducción de Operadora Ferroviaria tiene una explicación: se conformó con un grupo de profesionales llegados desde el sector privado.
Al frente del equipo se encuentra Marcelo Orfila, un contador público egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA) con un posgrado en la universidad de Columbia (Estados Unidos), que fue gerente de Alpargatas y del Grupo Monarca, y director de Aeropuertos Argentina 2000.
Orfila designó como vicepresidente a Diego Kyburg, quien proviene de Biomac, Logyt Sudamericana, L’Oreal, Home Depot y Casa Tía. En Recursos Humanos puso a Carlos Escobar Herrán, abogado de la escuela de negocios de la Universidad Austral y ex directivo en Volkswagen; y como gerente Comercial nombró a Santiago Péres Kemp, graduado en Administración de Empresas en la UCA, que trabajó en Sucroliq Argentina y Consultatio.
Uno y otro reproducen el perfil de ejecutivo que, como en otros casos del gabinete, fue tentado por la llegada de Mauricio Macri a la Presidencia a dejar el sector privado y probar suerte en la administración pública