Otro caso de supuesto lavado de dinero hará que varios actores de la City porteña deban rendir explicaciones. PERFIL viene revelando la conexión del caso de supuestas coimas en la extensión de la concesión del yacimiento Cerro Dragón (Chubut) que investiga la Securities and Exchange Commission (SEC) de los Estados Unidos, junto al fiscal Christopher Ott y el FBI.
Los estadounidenses pusieron la mira en la Sociedad de Bolsa Epsilon SA, que operaba hasta 2013 en Mendoza y Buenos Aires, hasta que cayó por una investigación de la AFIP. Los investigadores creen que la operatoria de esta sociedad de Bolsa puede decir mucho sobre los circuitos del dinero negro de la corrupción.Todo estaba montado para fugar millones de clientes anónimos. Una estructura internacional difícil de sostener con la sola voluntad de dos hermanos con ansias de negocios.
Epsilon se fundó en noviembre de 2007, seis meses después de la firma del contrato de Cerro Dragón. Los hermanos Matías y Nicolás Depietri abrían legajos de clientes falsos para mover millones de dólares desde Argentina hacia Curaçao, en las Antillas holandesas. Sólo en 2011 fugaron US$ 30 millones.
PERFIL ya contó hace dos semanas cómo Epsilon sacó esos US$ 30 millones de la Argentina y que las sospechas apuntan a que ese dinero podría provenir de la corrupción, pública y privada. Esta semana, fuentes del caso revelaron a este medio que lograron detectar cómo parte de ese dinero volvía a la Argentina.
Epsilon realizaba operaciones en nombre de clientes falsos para camuflar a los verdaderos dueños del dinero negro. Compraban cheques en blanco, los sellaban en nombre de estos “clientes” falsos y adquirían bonos públicos con agentes de Bolsa en Buenos Aires. Luego vendían esos títulos públicos en Nueva York, siempre a través del mismo operador: Morgan, Jackson Investment, creado en Londres.
Todo el dinero cobrado por esos títulos públicos argentinos terminaba depositado en la misma cuenta bancaria, en el First Caribbean International Bank, en Curaçao, Antillas Holandesas. Pero la historia no termina ahí.
Una vez depositado en Curaçao, la Morgan colocaba el dinero en una cuenta de Epsilon en ese mismo paraíso fiscal. Desde allí, la financiera pedía a uno de los agentes de Bolsa más importantes de la Argentina que volviera a comprar bonos en Nueva York, que regresaban a la Argentina y se vendían al precio del dólar blue. Sólo durante el último cuatrimestre de 2011, repatriaron US$ 2 millones.