El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, rechazó hoy las "acusaciones" formuladas por la familia de Sergio Massa acerca de que el robo que sufrió el intendente de Tigre hace dos semanas fue una "intimidación pergeñada desde el Gobierno" nacional, y opinó que el episodio pudo ser una "entregada".
En coincidencia con referentes kirchneristas que en los últimos días se cruzaron públicamente con Massa, Scioli consideró "curioso" que "hayan pasado tantos días sin que este tema haya tenido un estado público como habitualmente tienen casos que ocurre en ese municipio o en otro".
En declaraciones a radio La Red, el mandatario bonaerense dijo comprender el "nerviosismo" de Massa y de su familia al vivir un episodio de esta naturaleza, pero criticó "las acusaciones que se han hecho, cuando se quiere dar a entender como que (el robo) ha sido una intimidación desde el Gobierno (nacional)".
En este punto, respaldó al secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, quien mantuvo un duro intercambio con Massa y sus familiares en torno a esta cuestión, al trascender que el prefecto detenido, Alcides Díaz Gorgonio, estaría vinculado a los servicios de inteligencia.
"Cualquier familia, en un caso como éste, vive una situación de nerviosismo, yo lo entiendo, (pero) lo que no entiendo son las acusaciones que se han hecho, de ahí viene la reacción justa de Berni, cuando se quiere dar a entender o se lo dice prácticamente como que ha sido ésta una intimidación pergeñada del Gobierno", remarcó el mandatario.
Scioli analizó la posibilidad de que el asalto ocurrido hace dos semanas en un barrio privado de Tigre haya sido una "entregada" de la que participó el oficial de Prefectura detenido, conocido del jefe comunal y candidato. "Cuando empezamos a ver la información que empieza a surgir en cuanto al conocimiento del prefecto, el supuesto vínculo del prefecto que la conocía a la mucama, y todo eso, uno ya obviamente empieza a analizar que pudo haber ocurrido una entregada desde adentro de la casa, en el sentido de dar información para que el prefecto entrara a la casa cuando no había nadie", puntualizó.
Ayer, la esposa de Massa, Malena Galmarini, descalificó en ácidos términos afirmaciones de representantes de la Casa Rosada sobre esta cuestión.
Para la mujer, "es una falta de respeto del gobierno nacional" que se haya deslizado que el robo sufrido podría favorecer la postulación de su esposo en las elecciones legislativas. Al sostener que el asalto puso "en riesgo" a sus hijos, Galmarini se preguntó: "¿Quién puede ser el hijo de puta que puede creer que esto me benefició?".