POLITICA
la mira en las presidenciales

Se abre un nuevo ciclo político que inaugura la sucesión hacia 2015

Después de octubre comenzará la carrera electoral por el proceso de transición al poscristinismo. Quiénes compiten y qué desafíos tienen.

Daniel Scioli. Sergio Massa. Cristina Kirchner.
| Cedoc

Las elecciones legislativas de octubre inaugurarán un nuevo ciclo político en la Argentina. Se abre un período que terminará con la transición presidencial y la definición, en 2015, de un nuevo Gobierno. La instantánea de las primarias es el primer esbozo del futuro. Y también el primer deslizamiento hacia el pasado para Cristina Kirchner como referente excluyente de la agenda política en la Argentina.

Sergio Massa abrió con un triunfo en Buenos Aires la realidad de un desafío de corte peronista, que puede transformarse en el catalizador de otros fragmentos todavía dispersos. Por fuera del PJ, el socialista Hermes Binner volvió a sumar un triunfo en Santa Fe que mantiene vivas sus aspiraciones presidenciales.

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Los ganadores de las primarias deberán ahora ratificar su victoria en octubre. Y luego tendrán la compleja tarea de alimentar sus liderazgos durante los dos años que quedan hasta las elecciones presidenciales.

Massa siempre imaginó las elecciones legislativas como una ladera que debía escalar para ganarse un lugar en la transición presidencial. Si los resultados de las primarias se confirman en octubre, el intendente de Tigre será un protagonista ineludible en el PJ cuando defina a su candidato para 2015. Su reto, de ahora en más, es ampliar su conocimiento al resto del país y superar el resquemor tradicional del interior a los representantes bonaerenses.

Binner, quien fue derrotado por Cristina Kirchner en las últimas elecciones presidenciales, intentará romper sus límites provinciales. Debe aglutinar a un complejo mosaico opositor con liderazgos que, muchas veces, se anularon mutuamente. Binner y Carrió, por caso, dejaron en el pasado sus diferencias a la luz pública y así erosionaron sus posibilidades.

Mauricio Macri y José Manuel de la Sota, otros referentes con aspiraciones presidenciales, salvaron sus ropas en la Capital Federal y Córdoba. Pero todavía arrastran problemas para proyectar su fortaleza más allá de las fronteras distritales.

Los trazos del fin de ciclo son cada vez más categóricos. El kirchnerismo deberá debatirse en qué se convertirá. En su interior conviven dos posturas. Una se inclina por avanzar hacia la transición sin abrirse a otras fuerzas y competir en las presidenciales con un candidato de paladar negro. Por ejemplo, el entrerriano Sergio Urribarri, quien ayer convalidó sus pergaminos en la provincia que gobierna.

Otro sector del kirchnerismo, en cambio, quiere abrazar a Daniel Scioli, a pesar de las diferencias que lo enfrentaron con Cristina Kirchner. Será el debate que se intensificará en el interior del oficialismo en próximos meses.

En la Argentina, las transiciones entre diferentes signos políticos estuvieron cruzadas por la crisis. La debacle inflacionaria para Raúl Alfonsín. El desempleo y la recesión en la despedida de Carlos Menem. El estallido social como contexto de la renuncia de Fernando de la Rúa.

La presidente Cristina Kirchner y quienes aspiran a sucederla tendrán dos años para demostrar que pueden rendir homenaje a los argentinos con una mudanza del poder sin convulsiones.