La jueza federal María Servini fue la protagonista de la semana judicial. Con 80 años cumplidos en diciembre, la decisión de la Corte Suprema que planteó que los jueces deben retirarse a los 75 la dejó en el centro de la escena, a pesar de que tiene un fallo que la protege en su cargo. Dijo que la decisión apuntaba a ella y señaló al presidente del máximo tribunal, Ricardo Lorenzetti, con quien está enfrentada desde hace un tiempo. Tranquila y determinada, en las últimas horas habló con PERFIL en su despacho del Palacio de Tribunales. Lorenzetti, el macrismo, CFK y los “aprietes” en la Justicia fueron algunos de los temas que tocó la mujer que es juez desde hace 41 años, sobrevivió al Yomagate y tiene a su cargo causas como el tráfico de efedrina, Fútbol para Todos y la posible manipulación de los sorteos de causas judiciales. “Algún día me voy a ir porque no soy eterna”, afirma Servini, cuya madre vivió hasta los 102 años.
—En los últimos tiempos usted habló de presiones que recibió, ¿de dónde vinieron?
—Las presiones las recibí por la denuncia de Lilita Carrió contra Lorenzetti. Según tengo entendido, él necesitaba que esa causa estuviera cerrada urgentemente. Es la de Pyme Rural (una mutual investigada en el marco de la causa Fútbol para Todos y vinculada en la denuncia de Carrió al presidente de la Corte).
—¿Cómo evalúa a sus colegas?
—Sé que en otras causas los han apretado y tuvieron que cerrarle causas al doctor Lorenzetti, pero no voy a hablar.
—¿Cómo analiza el fallo de la Corte que obliga a jubilarse a los 75 años?
—Me llama la atención en el sentido de que yo sabía que estaba desde diciembre pasado para salir y estaba (en la Corte) desde hace cinco años. Entonces, qué necesidad tenían de sacarlo justo ahora, con tres firmas, ¿quien querían que se fuera? Además, con todas las vacantes disponibles que hay, qué apuro tenían para sacarlo y producir 27 más. Porque ellos no sabían quiénes tenían acciones declarativas de certezas (la decisión judicial con la que ella cuenta y la habilita a quedarse) y quiénes no. Qué necesidad en este momento, que acaba de salir el fallo de Elena Highton de Nolasco y que el Gobierno no apela. Quiere decir que el Gobierno no se los estaba pidiendo.
—Usted sugirió que era una decisión de Lorenzetti en su contra.
—El año pasado yo viví un año muy difícil con mi hijo (Juan Carlos Cubría) como administrador del Consejo de la Magistratura. Le hicieron la vida imposible. A él lo nombraron en diciembre de 2015, antes del cambio de gobierno. Sé que no fue bien recibido por Lorenzetti, y un día de diciembre me llama, y es muy grave lo que voy a decir... Vos me podrás preguntar por qué no voy a la Justicia a denunciarlo. Porque sé que no pasa nada.
—¿No confía en sus colegas?
—No porque no confíe en mis colegas, porque tampoco tengo forma de probar lo que hablé con el doctor Lorenzetti. Que me preguntó qué lugar quería mi hijo con tal de que no fuera administrador. Yo le contesté que lo llame a él porque es grande y yo no influyo en la vida de mis hijos.
—¿Cómo fue su relación con Lorenzetti a través de los años?
—Fue buena, el tema se deteriora cuando mi hijo quiere ir a la administración.
—¿Por qué?
—Porque la manejaban antes con otro administrador (N. d R.: Germán Kireger, señalado como hombre cercano al presidente de la Corte e imputado en causas que salpican al Consejo). A mi hijo le exigían a través de acordadas que hiciera determinadas cosas. Se las mandaban al presidente del Consejo, pero eran para él, para que continuara las obras con las mismas empresas que estaban en investigación, para que le dieran más plata a informática que era un desastre. Hoy me alegro y le agradezco a Dios que no esté como administrador.
—¿Una vez que pasó lo de su hijo (renunció en febrero) apuntan contra usted?
—Conmigo apuntan también porque éste es juzgado electoral, yo soy de las que me opongo al cambio de sistema informático que quieren hacer para el padrón. Hemos probado el sistema, no responde y además de seguridad no tiene nada. Hice una reunión en febrero con los apoderados de los partidos políticos, los responsables de seguridad que tengo haciendo los peritajes y planteé el tema.
—Se puso en duda la validez de su amparo, por el fuero en el que fue presentado.
—Sí, ahora dicen “la doctora Servini habla porque está floja de papeles”. No, yo no estoy floja de papeles. Hablo porque estoy cansada de la injusticia, porque viví un año muy duro con lo de mi hijo y me pasa lo mismo que a él: me han pinchado tanto que llega un momento que uno dice basta. Si yo inicié (la acción, en 2009) por Seguridad Social, es porque estaba jubilada. Estaban todos contentos creyendo que me sacaban, que tenía un amparo, que no era definitivo. Cuando se enteraron de que tengo una acción declarativa de certeza se quisieron morir.
—¿Cómo se siente?
—Con fuerzas y ganas, lo único que necesito son unos días de descanso, porque no entiendo cómo la presidenta del Consejo de la Magistratura nos puede exigir que en 24 horas contestemos sobre un fallo cuando sabe que los diputados no vuelven a Capital Federal hasta después de Semana Santa. Fue vejatorio.
—¿Usted se puso fecha de salida?
—Algún día me voy a ir porque no soy eterna. Puede ser un mes, un año, dos, pero algún día me tengo que ir. Pronto, no me queda mucho. Pero me quiero ir conforme. Yo entré por la puerta grande y me quiero ir por la puerta grande.
Carrió, el Gobierno y los K
Consultada por el avance de las causas contra el kirchnerismo después de años de inactividad, Servini es contundente: “No puedo hablar porque no conozco cómo era cada causa, cómo la fueron llevando los jueces, hay que estar”, sostiene. “Yo también tengo causas como Fútbol para Todos que después de unos años uno consigue documentación y puede avanzar. A veces son verdaderos laberintos”, resalta. La jueza asegura que durante el kirchnerismo no sufrió presiones: “Nunca me llamaron. En esa época tuve el problema de resolver la democratización de la Justicia, pero no me puedo quejar, no tuve problemas”.
Sobre Carrió, explica que las une una buena relación profesional, pero que no son amigas. “Ni siquiera tengo su teléfono”, sostiene. Y sobre el macrismo afirma que con ella “no se meten”.
A fines del año pasado, Servini declaró la falta de mérito de Ibar Esteban Pérez Corradi, detenido en el marco del triple crimen de General Rodríguez y el tráfico de efedrina, cuya extradición fue señalada como un logro para el macrismo y una amenaza para el kirchnerismo. “No es que lo tenga en libertad, ni nada por el estilo, ni que no lo vaya a procesar. Estoy en plena investigación”, detalla.