El 52% de los habitantes del AMBA “acatarían completamente” una nueva cuarentena estricta, si las autoridades sanitarias lo dispusieran ante el aumento de casos de la llamada segunda ola de la pandemia de covid-19. El dato, que va en detrimento del relajamiento que se percibe especialmente en los grandes centros urbanos con respecto al distanciamiento social, se desprende de una encuesta llevada a cabo por el Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Facultad de Psicología de la UBA, y que la casa de estudios dio a conocer esta semana.
Ese mismo informe, que relevó 2.110 casos de la Ciudad y la Provincia entre el 20 y el 23 de marzo, llegó a la conclusión de que los funcionarios de primera línea están en el anteúltimo lugar de prioridades a la hora de recibir vacunas, según los consultados.
A quienes acatarían totalmente esa nueva cuarentena, que representan a la mitad de la población, se suma un 26% que seguiría parcialmente lo impuesto por el Estado, mientras que el 13% no aceptaría ninguna de esas medidas. A la vez, hay un 9% de porteños y bonaerenses que no sabe cómo actuaría ante un nuevo aislamiento generalizado.
El nivel de acatamiento a ese posible escenario varía según la edad. Los menos dispuestos a cumplirla totalmente tienen entre 18 y 20 años (32%) y la franja de 21 a 29 dijo que la cumpliría sólo en un 47%
Entre los grupos etarios más altos, los mayores de 60 se dividieron casi a la mitad entre el sí y el no, y el 57% de quienes tienen entre 40 y 49 afirmaron que sí; y el 56% lo aseguró entre los que tienen 30 y 39 años.
El estudio del OPSA consultó también por las prioridades en los turnos de vacunación. En primer lugar, los encuestados aseguraron que deben estar los trabajadores de la salud, en segundo, a los adultos mayores de 60 años, y en tercero, a quienes tienen entre 18 y 59 años y algún factor de riesgo.
“A partir de conocer cuál es el criterio de la gente para administrar vacunas y ver cómo se lo está alterando desde las políticas públicas, hay bronca e indignación en la ciudadanía”, dijo Gustavo González, director del observatorio. Para los ciudadanos, los funcionarios de primera línea (presidente, gobernadores y ministros) deberían estar en el anteúltimo lugar de prioridad para vacunarse. Y los espacios intermedios deberían estar ocupados por personas con comorbilidades, docentes, fuerzas de seguridad, trabajadores de comercios esenciales y choferes de transporte público, y personas de entre 30 y 60 años, agregó la encuesta.
Sobre los resultados en cuanto al nivel de acatamiento ante un nuevo confinamiento, González explicó que “pensé que sería más bajo el nivel de aceptación. En el país hay zonas con la economía muy destruida que están empezando a levantarse muy de a poquito y no están en condiciones de tolerar otra restricción”, agregó.