A 53 días del primer pedido de detención, el suspendido intendente de Pinamar Roberto Porretti, acusado de extorsión a empresarios, quedó esta noche preso, luego de entregarse en el Juzgado de Garantías de Dolores. Ocho horas antes se había dictado nueva orden de captura y Porretti se había convertido en uno de los hombres más buscados del territorio bonaerense.
Desde las 13, cuando el juez Gastón Giles firmó el arresto, el paradero de Porretti fue un misterio y más de un centenar de efectivos lo buscó en su casa, en el Municipio y en baúles, cajas y habitáculos de cada vehículo auto que salía de Pinamar, hasta en algunos árboles pinamarenses, pero no lo encontró.
Durante toda la tarde hubo rumores y versiones distintas entre sus voceros y sus abogados, que también estaban divididos. Desde allí trascendió que el intendente suspendido estaba por un lado "negociando" su entrega mientras que, al mismo tiempo, sus allegados esperaban suerte para los planteos que hicieron ante el Tribunal de Casación bonaerense para frenar la detención: un recurso de queja por denegatoria de la excarcelación de prisión y un habeas corpus.
Sin embargo, en la Sala II de la Casación no había planes de resolver esta noche el habeas corpus -que era el que podía ser más urgente-, y aún así era discutible que pudiera entender que estaba sufriendo una detención arbitraria.
Lo cierto es que, frente al negro escenario, Porretti pareció entender que no tenía muchas opciones: minutos antes de las 20 uno de sus abogados, Roberto Babington, anunció por televisión que Porretti se estaba dirigiendo a la Fiscalía de Dolores para entregarse.
A las 21, la fiscal María Fernanda Haschmann, que impulsó su captura, se retiró de su despacho diciendo a los periodistas que ella no lo esperaba y que Porretti estaba "prófugo", pero apenas unos minutos después se supo que a esa hora el suspendido jefe comunal se había presentado junto a su hijo y uno de sus defensores, José Ochoa, en el juzgado de Garantías de Giles.
Desde allí fue trasladado a una dependencia policial, donde quedó alojado para pasar la noche. En principio no se preveía que mañana fuera llevado a la fiscalía o al juzgado para comparecer, porque él ya prestó declaración indagatoria.
La defensa, sin embargo, sí se presentará mañana ante el magistrado para pedir una excarcelación extraordinaria: "El juez Giles tiene que dar cumplimiento a la orden que dictó en febrero su colega (Laura Elías), pero esperamos que pueda disponer de inmediato otra medida" por su criterio "garantista", dijo el abogado Babington.
La historia judicial de este caso comenzó en febrero pasado cuando los empresarios Rubén Cameroni y Javier Porjolovsky, del complejo bailable Ku-El Alma, acusaron a Porretti y a su secretario de Gobierno, Aldo Leonián, de intentar cobrarles 400 mil pesos para no cerrarles la discoteca. Según dijeron, de ese dinero 225 mil corresponderían al pago de un canon adeudado por usar espacio público y 175 mil serían para los funcionarios.
Para probarlo presentaron un video grabado por los empresarios donde se ven tres reuniones, una de ellas en las oficinas municipales en la que está presente Porretti asintiendo con la cabeza cuando Leonián habla de la necesidad del pago. El 11 de febrero la fiscal pidió la captura de los dos funcionarios: el ex secretario fue arrestado, pero Porretti alcanzó a presentar un recurso de exención de prisión que le permitió seguir apelando la medida.
El 11 de marzo pasado la Cámara de Dolores confirmó que había "indicios vehementes" para creer que los funcionarios implicados habrían, con "caracteres extorsivos", amenazado con demoler la discoteca si los empresarios no les pagaban los cánones supuestamente exigidos.
Así, dejó detenido a Leonián -pero con arresto domiciliario-, mientras que rechazó el pedido de exención de prisión de Porretti y lo dejó al borde de la prisión. Pero ello no se cumplió porque el intendente apeló y frenó la medidas hasta que el martes pasado la Cámara de Dolores declaró inadmisible el planteo.
Fue así que hoy el juez Giles dispuso su captura y apenas se conoció la noticia Porretti pareció repetir la escena que protagonizó el 11 de febrero, cuando habían ido por primera vez a detenerlo.
A las 11 Porretti se fue del Municipio y fue seguido por una guardia periodística que lo siguió hasta que ya no pudo hacerlo: según los reporteros, el intendente habría pergeñado un operativo de retirada en el que habría cambiado tres veces de vehículo. Y logró perder a los cronistas cuando aparecieron cuatro cuatriciclos del municipio que les frenaron el paso, según relataron los cronistas.
Dicen que en ese momento se habría escapado hacia Mar de las Pampas o la vecina Ostende pero nadie dijo haberlo visto hasta que a la noche apareció en el juzgado. La pregunta que los periodistas le hacían a los abogados era saber dónde estuvo las ocho horas en las que se lo "tragó la tierra".
Fuente: DYN