La Justicia confirmó esta semana las condenas a dos empresarios y agravó las de cinco funcionarios de la AFIP en una causa derivada de la trama de corrupción, sobreprecios y evasión de impuestos de la empresa Skanska.
La Sala IV de la Cámara de Casación, máximo tribunal penal del país, confirmó las penas de seis años de prisión a los empresarios Adrián López y Luis Hernández al considerarlos jefes de una asociación ilícita que vendía facturas truchas a grandes empresas, que las utilizaban para evadir impuestos, entre ellas la constructora sueca Skanska. La sentencia había sido dictada el año pasado por el Tribunal Oral en lo Penal Económico Nº 2.
Los contadores Julián Cardillo, Alberto Furchini y Efraín Freiberg habían recibido una probation para realizar durante dos años y medio tareas comunitarias en el Jardín Botánico, el Hospital Garrahan y Cáritas y donar a entidades sociales 200 pesos, elementos de limpieza, útiles escolares y alimentos. Pero el máximo tribunal penal revocó esa decisión que suspendía la condena a prisión.
Dos altos funcionarios de AFIP, Mariano Doldan y Roberto Agüero, que habían sido absueltos en el juicio, deberán cumplir condena, ya que los camaristas Juan Carlos Gemignani, Mariano Borinsky y Angela Ledesma revocaron esa decisión del tribunal.
La causa se inició en 2010 a partir de una auditoría interna de Skanska que descubrió el pago de sobornos a funcionarios y el uso de facturación apócrifa tras la investigación de PERFIL que reveló, en noviembre de 2006, el entramado de sobreprecios para la construcción de los gasoductos Sur y Norte.
Con la facturación apócrifa, esas empresas lograron deducir y evadir impuestos y justificar gastos en negro.
Caliban e Infinity eran empresas fantasma: no tenían empleados y daban como dirección locales comerciales sin actividad. Por las facturas truchas cobraban entre 1% y 5% de la facturación de las empresas, que se calcula en millones de pesos.