Conservando en secreto sus planes hasta último momento, el titular de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó –a quien el Gobierno reconoce como presidente encargado del país sudamericano–, aterrizó en la Argentina para reunirse con Mauricio Macri y darle las gracias por su apoyo luego en una conferencia de prensa en el Palacio San Martín.
“Quiero agradecer al presidente Macri y al pueblo argentino que ha acogido a la inmigración venezolana. Agradecemos el gesto que han tenido en este momento de profunda crisis”, saludó Guaidó. Al tiempo que señaló que no solo vino al país “para hablar de cómo hacer que cese la usurpación. También he venido a hablar de futuro, de las relaciones entre Argentina y Venezuela, de recuperar el empleo y de agroindustria”.
Guaidó arribó al país ayer por la tarde junto a su esposa, Fabiana Rosales, proveniente de Asunción. Si bien el canciller, Jorge Faurie, había anticipado en una entrevista con Infobae la intención de Macri de reunirse con él, la visita se mantuvo en sigilo. Incluso, en el entorno del propio Guaidó habían deslizado el jueves a PERFIL que “todavía” no había planes concretos de bajar hasta Buenos Aires.
A diferencia de Brasil y Paraguay, escalas precedentes en la gira del venezolano, el recibimiento protocolar en el aeropuerto fue mucho más discreto. También llamó la atención que Macri lo recibiera en la residencia de Olivos y la conferencia posterior se trasladara al Palacio San Martín, sede de la Cancillería.
Si bien un alto funcionario del Gobierno negó a este medio que esto significara desconocerle el rango presidencial a Guaidó y justificó que la recepción no fuera en la Casa Rosada por cuestiones logísticas –cortes y vallas montadas por el discurso presidencial–, había voces encontradas en el Gobierno respecto de cómo catalogar la visita en términos diplomáticos. Es que, a diferencia de Brasil que rompió sus relaciones diplomáticas con Caracas –el mandatario brasileño Jair Bolsonaro lo recibió en el Planalto–, Buenos Aires mantiene su embajada abierta pese a haber reconocido en enero a la dirigente Elisa Trotta como “embajadora” paralela.
Al cierre de esta edición, no estaba planificado que Guaidó y su esposa pasaran la noche en Buenos Aires.