Los esfuerzos de Marcelo Odebrecht por concretar el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento llegaron al punto de haber pagado a un ministro de Dilma Roussef un soborno de US$ 5 millones para obtener el financiamiento de la obra. Así lo relató un ejecutivo de la constructora brasileña ante la Justicia de ese país. Se trata de la primera coima declarada en la obra del consorcio encabezado entre Odebrecht y Iecsa que se da a conocer en la Argentina, donde el caso está empantanado: aún se discute cómo la Justicia local obtendrá las pruebas del pago de coimas de la constructora a funcionarios argentinos sin firmar un acuerdo de colaboración con la compañía. El testimonio del arrepentido de la empresa consta en un documento del Ministerio Público Federal brasileño fechado el 7 de noviembre de 2016, y fue analizado por PERFIL y el colectivo periodístico Investiga Lava Jato.
El ejecutivo que reveló el soborno es el ex director de Crédito y Exportación de Odebrecht João Carlos Mariz Nogueira, quien confesó que gestionó, por orden del dueño de la compañía, un pago de 15 millones de reales –equivalentes a US$ 5 millones– para Fernando Pimentel, entonces ministro de Desenvolvimiento, Industria y Comercio Exterior de Brasil entre 2011 y 2014.
Odebrecht, Iecsa, Ghella y Comsa integran el consorcio que ganó en 2008 la licitación del soterramiento. Una de las exigencias del pliego era que las compañías debían conseguir el financiamiento. Las constructoras se quedaron con el proyecto, pero nunca cumplieron esa parte del trato. Los gobiernos de Cristina Fernández lo dejaron pasar. También Mauricio Macri, primo del entonces dueño de Iecsa, Angelo Calcaterra.
Marcelo Odebrecht buscó que el Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico y Social (Bndes), principal fuente de financiación de las empresas brasileñas, le otorgara un crédito para la obra. En Brasil, la Cámara de Comercio Exterior está integrada por un consejo de ministros del gabinete presidencial que decide si otorgar o no los créditos del Bndes, y el hombre fuerte en esa mesa era el ministro Pimentel.
El Consejo de Ministros venía dilatando la aprobación del crédito para el soterramiento cuando en septiembre de 2012 comenzaron las conversaciones entre Odebrecht y Pimentel para negociar un soborno destinado a a la campaña de Pimentel para gobernador de Minas Gerais, una elección que finalmente ganó en 2014. El soterramiento inauguró una marca registrada del Lava Jato. Según el ejecutivo “fue la primera vez que un proyecto de Odebrecht surgió como parámetro de una contribución (coima) con el pretexto de un aporte de campaña electoral”, declaró Nogueira.
Los pagos fueron realizados en efectivo y en cuotas durante varios meses. Nogueiras se encontraba en restaurantes y hoteles de Brasil con enviados de Pimentel y les entregaba el dinero. Los encuentros comenzaron en septiembre de 2012. Los fiscales del Lava Jato corroboraron las reuniones con la ubicación de los celulares de todos los involucrados y con los mensajes de texto que intercambiaban.
El 16 de julio de 2013, el Consejo de Ministros presidido por Pimentel aprobó un crédito de US$ 1,5 millón para el Sarmiento. Ese día, la agencia estatal Telam lo anunció con bombos y platillos. Nogueiras explicó que a pesar de que el crédito había sido aprobado, los fondos nunca se liberaron por “divergencias contractuales” entre Argentina y Brasil. A pesar de ello, Odebrecht cumplió con los pagos a Pimentel.