El plan del ex jefe de los espías del Estado Jaime Stiuso es pasar las fiestas con su familia y en la Argentina. Autoexiliado en los Estados Unidos, su decisión alimenta la versión de un regreso a lo Conde de Montecristo, cargado de sed de venganza contra el cristinismo que lo expulsó de la ex SIDE y le abrió varios frentes judiciales. Sin embargo, desde el macrismo y el kirchnerismo coinciden (y un poco desean) en que el célebre espía volverá convertido en una especie de león herbívoro.
Su inminente llegada coincide casualmente con el pedido de la jueza Fabiana Palmaghini para que amplíe su declaración, el próximo 14 de enero, en la investigación por la muerte del fiscal del atentado a la AMIA, Alberto Nisman.
“Aún no tengo respuesta”, respondió el abogado de Stiuso, Santiago Blanco Bermúdez, cuando le preguntaron si el ex Director General de Operaciones de la ex SIDE prevé presentarse a declarar. Pero fuentes de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) dijeron a PERFIL que Stiuso está determinado a volver a la Argentina antes de fin de año.
Uno de los principales motivos sería la presión de su familia ampliada: su mudanza a los Estados Unidos incluyó a su esposa, su pequeña hija y sus dos hijas mayores (una de las cuales trabajaba en el juzgado de María Romilda Servini de Cubría) con sus respectivos esposos y un nieto de Stiuso.
Ante la salida de un gobierno que le dedicó seis causas penales (en ninguna llegó a estar procesado), la familia habría hecho apurado su regreso, aprovechando el cambio de clima político.
Desde la nueva dirección macrista de la AFI, encabezada por Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, aseguran que le dedicarán su más absoluta indiferencia. Ni apañamiento, ni enemistad. “No nos vamos a comprar un quilombo que no es nuestro”, confiesan desde la ex SIDE, aunque tampoco descartan escuchar lo que Stiuso tenga para contar.
Con ánimo algo parecido, desde el cristinismo apuestan por un Stiuso más calmo, familiero y retirado del fragor del espionaje. Cerca de la ex presidenta especulan (y en el fondo pretenden) que Stiuso evite dar una batalla desgastante en la que –aseguran– el ex agente también tendría mucho para perder.