Dos portales y una agencia de noticias iraníes afirman que Ahmad Vahidi, que hasta ahora era comandante de la Universidad Nacional de la Defensa, figura en el listado preparado por Reisi para su futuro gabinete, que deberá recibir la aprobación de la Asamblea Consultiva Islámica, el parlamento de Irán.
Según la investigación del fiscal Alberto Nisman, Vahidi, en su calidad de comandante de las Fuerza Quds, la brigada expedicionaria de la poderosa Guardia Revolucionaria Islámica, “participó en la reunión en que se decidió hacer el atentado en la Argentina” y en la que se encomendó a la milicia libanesa Hezbollah su ejecución.
El futuro ministro figura desde 2007 en las “alertas rojas” emitidas por Interpol para su detención, junto a Imad Fayez Mughniyah, Alí Fallahijan, Mohsen Rabbani, Ahmad Reza Asghari, Ahmad Vahidi y Mohsen Rezai.
En 2011, cuando era ministro de Defensa, Vahidi visitó Bolivia y se mostró en varios actos públicos, por lo que la cancillería argentina pidió su expulsión. Pero viajaba con pasaporte diplomático, por lo que tenía inmunidad frente al pedido de captura de la Interpol.
Ingeniero. Pese a su formación como ingeniero industrial, Vahidi, nacido en 1958, desarrolló toda su carrera pública en el área de Defensa, desde que se sumó a la Guardia Revolucionaria Islámica en 1980, de la que fue uno de sus comandantes durante la guerra con Irán, entre 1980 y 1988. Entre otros cargos ha sido viceministro y ministro de Defensa, durante el gobierno de Mahmoud Ahmadinejad, y director del Centro de Investigación de Defensa Estratégica de 2013 a 2016.
Pero su cargo más significativo respecto a las acusaciones de su participación en el atentado a la AMIA es el de comandante de la Fuerza Quds, una unidad de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica especializada en guerra no convencional y operaciones de inteligencia militar. La Quds es responsable de llevar a cabo “operaciones extraterritoriales”. Muy activa en la guerra siria, en enero de 2020 un ataque norteamericano con drones abatió a quien era entonces su comandante, el general Qasem Soleimani.
La Fuerza Quds es considerada por Estados Unidos como un grupo terrorista. Esta organización opera de manera encubierta y a veces abiertamente en varias partes del mundo. Se la vincula con el grupo Hezbollah del Líbano y las milicias chiitas en Irak y en Afganistán.
A la fuerza se la ha vinculado con diferentes ataques mortales, como el atentado contra los cuarteles en Beirut en 1983, en el que murieron 241 infantes de marina estadounidenses, 58 soldados franceses y 6 civiles libaneses, por el que Vahidi fue acusado por las fuerzas de paz en el Líbano.
Según la inteligencia norteamericana, la Fuerza Quds prefiere apoyar y asesorar en lugar de participar directamente en incursiones militares, lo que permite a Irán negar toda participación, ahorrándole un conflicto directo con Estados Unidos. Hoy sus miembros serían entre cinco y diez mil.