Las ramificaciones del triple crimen de General Rodríguez y la ruta de la efedrina cruzan casi todo el espectro político. Las más fuertes fueron las conexiones con el gobierno nacional: Sebastián Forza, uno de los ejecutados, figura como aportante a la campaña de CFK-Cobos en 2007. En otra causa, a cargo de la jueza María Servini de Cubría, se investiga la responsabilidad política en el tráfico ilegal de efedrina, ya que el organismo encargado de controlar el ingreso de esa sustancia, la Sedronar, habilitó que un grupo de empresas ingresara casi 50 mil kilos que se desviaron casi en su totalidad al mercado negro, donde se sospecha fueron vendidos a los narcos mexicanos.
En esa causa ya fueron indagados el ex titular de la Sedronar, José Granero, y otros dos funcionarios del área. Lanatta tiene otro contacto con el poder. Su teléfono tiene más de 15 llamados con una hija del entonces presidente del bloque de senadores del Frente para la Victoria, Osvaldo Goicoechea. Mariana Goicoechea era asesora de su padre y gestionó los trámites para que Lanatta y Pérez Corradi importen efedrina.
Goicoechea era cercano a Randazzo y hoy es sciolista. Voceros del ministro Randazzo aclararon que el funcionario y Goicoechea se pelearon antes de 2008 por “cuestiones políticas”. Giancristóforo, el hombre que conecta a uno de los condenados por el triple homicidio con Aníbal Fernández pertenece al entorno de Sergio Villordo, hoy militante acérrimo de Sergio Massa.
En la causa por la ruta de la efedrina se investigó a Francisco de Narváez y en el expediente del triple crimen hay testigos que mencionan a un importante operador de la UCR. Un hombre de General Rodríguez vinculado a la efedrina fue candidato del PRO.