Un sótano con puerta pesada de metal, lockers en las paredes, el desarme de ese lugar, fundas de armas largas, botellas de vino sobre el piso y el traslado de bolsas de residuos cerradas a una estancia. Eso muestran más de 200 fotos atribuidas a una bóveda de dinero de Lázaro Báez, que el empresario kirchnerista desmintió y que esta semana provocó un nuevo espisodio del “Lazarogate”.
PERFIL reconstruyó la historia de las imágenes, tomadas por un empleado del constructor, y accedió parcialmente a observar la secuencia fotográfica. Todo comenzó el martes al mediodía, cuando la diputada opositora Elisa Carrió presentó ante la Justicia las fotografías sacadas por Sergio Triviño.
“Este tipo es boleta”, le advirtió preocupado el fiscal Guillermo Marijuán. “Supongo que pondrán custodia policial. Ya tengo dos muertos en mi conciencia: Lourdes Di Natale y Raúl Espinosa”, respondió Carrió. Se refería a la secretaria de Emir Yoma y al empresario pesquero que aportó dinero a Néstor Kirchner.
Cuando se difundieron las fotos, habló un amigo de Triviño, llamado Fabián Coli. “El tenía más de 200 fotos en su cámara y como no sabía sacarlas yo se las pasé a un pendrive. Pero nunca entregué las fotos a Carrió, estoy seguro de que él tampoco”, aseguró. Sin embargo, un familiar de ellos se habría encargado de hacerlo. El juez Sebastián Casanello puso custodia para ambas familias, que Triviño decidió rechazar.
Según la secuencia de fotografías, a las que PERFIL accedió, Triviño entró al supuesto quincho de la chacra de Lázaro, el mismo que el empresario mostró el miércoles a la noche. Bajó al sótano por una escalera, ubicada detrás de una barra de madera. Allí, cuatro heladeras de vinos tapaban la entrada: una puerta pesada con varias bisagras, que la Justicia sospecha que podría ser blindada.
Corrió las heladeras, desarmó esa puerta y desmanteló los lockers negros ubicados contra las paredes. En el suelo, se ven herramientas y bolsos. Luego, cargaron el contenido de esos lockers en –por lo menos- una decena de valijas azules, celestes y con estampados. Se pueden ver fundas de armas largas de color negro. Sobre el suelo aparecen decenas de botellas de vinos, la mayoría tintos. Además, se observan estantes de madera, de color claro, tipo biblioteca o vinoteca.
En otro ambiente, había autos de alta gama: Ford Focus, dos Porsches, una camioneta Hyundai, una BMW y una de doble cabina con la leyenda FX4 en letras rojas, sobre la que se ven cargadas las supuestas valijas en bolsas de residuos. Luego, hay un recipiente blanco de forma cuadrada, dentro del cual se observa fuego.
Las últimas fotos fueron tomadas desde adentro de un vehículo. Avanzan por un camino de campo, cruzan un puente de acero e ingresan en una chacra con un casco color salmón. El mismo color que tienen casi todas las propiedades de Lázaro Báez en Santa Cruz.
