El escenario de negociación con el FMI después del 27 de octubre con el FMI, ya con presidente electo para la Argentina, es el más probable, según quienes conocen el Fondo desde adentro.
Si se confirma la victoria de Alberto Fernández que anticiparon las PASO, la alternativa que sería bien recibida por el organismo, sin atarla a la rediscusión total del acuerdo, sería que tanto Mauricio Macri como presidente saliente como Fernández como mandatario entrante pidan en conjunto destrabar los US$ 5.400 millones del giro postergado. De todas formas, advierten las fuentes, el FMI podría tomarse su tiempo.
Ya sin Christine Lagarde, quien oficialmente se retiró esta semana de la dirección del FMI para pasar a encabezar el Banco Central Europeo, el principal aliado sería David Lipton, el representante de los Estados Unidos. La relación bilateral, sin embargo, está marcado por la buena sintonía de Donald Trump con Mauricio Macri. Cómo recibirá a Alberto Fernández es todavía una incógnita, aunque el candidato a presidente por el Frente de Todos se encargó de aclarar esta semana que está en contacto directo con el embajador de EE.UU. en Argentina, Edward Prado, y que tienen buena sintonía.
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Ante un pedido conjunto y muy articulado, el desembolso sería visto como un refuerzo, pero la renegociación será inevitable.
Duros. Lo que el directorio ejecutivo del FMI no está dispuesto a avalar es una vía libre para que la Argentina “dilapide” los fondos del organismo, algo que ya está instalado en una serie de países. “Es difícil que manden el giro si no saben cómo queda encuadrado”, advirtieron. Según entienden los directores más críticos, “la Argentina se ahogó sola”.
El Fondo se esforzó en señalar, a lo largo de la negociación con el gobierno de Mauricio Macri, que el plan implementado era de la Argentina y no del organismo. Si bien la receta está en línea con la que aplicaron todos los países que terminaron recurriendo al prestamista de última instancia, el acuerdo fue mutando a medida que pasaban las revisiones.
Con la culpa sobre la política económica local, el directorio parece estar lejos de la definición que dejó Lagarde del FMI en su despedida: “Una institución con un cerebro, una billetera… y un corazón”. Su sucesora, la búlgara Kristalina Georgieva, una economista que viene del Banco Mundial y que en sus ratos libres practica yoga y meditación, tiene previsto reunirse con la dirección del Fondo el 24 de septiembre, fecha en la que Lacunza podría estar en Estados Unidos. Su ratificación se espera para el 4 de octubre. Es la única candidata.
