Horacio Verbitsky está de buen humor. Sube el volumen del televisor para seguir el debate de la Ley de Medios en el Senado, pide disculpas por la interrupción, critica los comentarios de los legisladores opositores, les contesta en voz alta como si ellos pudieran oírlo ("eso es un disparate"), vuelve a bajar el volumen, suspira, pide disculpas de nuevo y pregunta: "¿En qué estábamos?". El periodista que más influye sobre los Kirchner está despatarrado en su sillón detrás del escritorio atestado de papeles. Tiene ganas de hablar de todo, por primera vez en un largo tiempo.
Se tomará algunas licencias en tres horas y media de entrevista. Apagará el grabador, dirá algo irreproducible sobre Francisco de Narváez y volverá a prenderlo, divertido. Les reprochará a Cristina Fernández y a su marido Néstor que hagan negocios y compren o vendan propiedades mientras están en el Gobierno. Hablará de prácticas reñidas con la ética y mencionará los nombres de Ricardo Jaime y Guillermo Moreno.
Reconocerá que, aunque la comparta, la Ley de Medios está dirigida contra el Grupo Clarín. Comparará a Elisa Carrió con Diego Maradona, detallará los contactos entre Julio Cobos y el polémico José Luis Manzano, y contará las supuestas maniobras de Eduardo Duhalde para que la Presidenta no termine su mandato. Tratará de "mercenario" a Daniel Hadad, pero hará recaer las responsabilidades en "quienes le pagan".
Y para irritar aún más a Kirchner, dirá que el ex presidente hoy no tiene chances de ganar en el 2011. Aunque contemporizará: "En dos años pueden cambiar tantas cosas", y casi desafiará: "No descarten una reelección de Cristina". Y explicará por qué ella le parece más auténtica que su marido.
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