La gobernadora de la provincia de Buenos Aires María Eugenia Vidal atribuyó las amenazas que recibió en los últimos días a que su gestión “le sacó negocios a mucha gente”, pero aseguró que no se siente “una víctima” porque conocía “el desafío que enfrentaba”.
En una serie de entrevistas televisivas, la mandataria se refirió a los intimidaciones recibidas desde su arribo a la provincia más grande del país.
“Cuando asumimos pisamos muchos callos y le sacamos negocios a mucha gente. Nos metimos con cajas policiales, del servicio penitenciario y el IOMA. Eso debe haber molestado a muchos. Asumimos el costo, pero no soy una víctima. Sabía los riesgos que corría cuando asumí el desafío de gobernar la provincia”, señaló Vidal en diálogo con Intratables, emitido por América TV.
Vidal contó que en enero tomó la decisión de irse “a vivir a una base por un tema de seguridad y para que su familia se sienta tranquila”. “Tomé la decisión de vivir en una base militar (la ex VII Brigada Aérea de Morón) por un tema de seguridad y para que mi familia esté tranquila. Pero no cambié y sigo siendo la misma persona que va a la panadería y le compra algo a sus hijos cuando vuelve del trabajo”, graficó.
En relación a los casos sobre seguridad que tuvieron lugar últimamente en la provincia, la mandataria observó que la responsabilidad de su administración es que “nadie sienta que deba tener un arma para defenderse”. “Nuestra responsabilidad es que nadie sienta que tenga que tener un arma para defenderse. Es por eso que vamos a poner el énfasis en la formación de los efectivos. Apartamos a más de 1800 policías porque queremos una fuerza mejor que cuide a la gente”, agregó.
Más tarde, en diálogo con el programa Conversatorio por Canal 26, Vidal ratificó todo lo expuesto y destacó que sienten la “tranquilidad” de saber que están haciendo “lo correcto”.
En este marco, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, afirmó que "el Gobierno investiga todas las amenazas que se hacen", ya que las toma "en serio", y detalló que por el momento "no" encontraron "un patrón común" en las diferentes intimidaciones que sufrieron dirigentes de Cambiemos.