La primera visita a las islas de un alto funcionario argentino del ejecutivo en funciones. Un homenaje militar a los soldados caídos con la presencia del máximo jefe militar británico para el Atlántico Sur y un operativo inédito que llevó a 248 argentinos hasta el archipiélago, para recordar a los caídos y descubrir el nombre de las 90 tumbas identificadas gracias a un acuerdo entre los gobiernos de la Argentina, el Reino Unido y la Cruz Roja internacional.
Cada uno de estos hechos da cuenta del hito en la relación bilateral que marca la ceremonia realizada en el cementerio de Darwin, dónde 90 familias descubrieron la placa con el nombre del ser querido que perdieron en el conflicto.
A pocos kilómetros de allí, hace poco menos de 36 años, las fuerzas argentinas e inglesas se trenzaron en la primer batalla terrestre de la guerra. En Pradera del Ganso se libró la primera de las sucesivas batallas que marcaron la derrota Argentina en 1982. Hoy, esta zona fue testigo del mayor logro concreto conjunto al que se arriba desde que el presidente Mauricio Macri decidió terminar con más de una década de roces y enfrentamientos con el Reino Unido.
El camino a este logro conjunto, que llevó tranquilidad a las 90 familias que acumularon más de tres décadas de duelo sin tumba, fue producto de un trabajo que se inició en 2012, cuando Cristina Kirchner asumió el compromiso de avanzar con el proyecto.
Pero los intentos de aquellos años poco pudieron lograr. A cada paso, está cuestión humanitaria se veía empañada por la creciente tirantez política de la relación bilateral. Bajo la gestión de la ex canciller Susana Malcorra se dió el primer hito. La declaración conjunta de en septiembre de 2016, rubricada por los entonces viceministros de los dos ex contendientes, Alan Duncan y Carlos Foradori.
El proyecto para avanzar en el reconocimiento de los “soldados solo conocidos por Dios" se había iniciado durante el kirchnerismo, que había avanzado en la toma de muestras genéricas de familiares y en el consentimiento requerido para el proceso. Poco se había logrado, sin embargo, en las gestiones con el Reino Unido y los isleños.
También había que limar asperezas entre las distintas asociaciones de familiares de soldados caídos y veteranos, atravesadas por rencillas políticas o diferencias sobre qué se debía hacer con los cuerpos de Darwin. A esta tarea se abocó el secretario Claudio Avruj. Un día antes del viaje, se vivieron momentos de tensión entre familiares que parecían poner en riesgo la armonía que requería un evento de estas características. Finalmente, el viaje pudo ser realizado sin ningún tipo de altercado o incidente.
El secretario cumplió así con un viejo anhelo de el ex canciller Gudio Di Tella. El timonel de la diplomacia menemista comandó un giro en las relaciones bilaterales hacia el modelo de “seducción”. Hacia fines del segundo mandato de Menem quería coronar los progresos con una visita suya a las islas. Los radicales pusieron entonces el grito en el cielo y, finalmente, Di Tella conoció las islas tras la salida de la gestión.
Otra visita recordada es la del ex vicepresidente Julio Cobos, pero el radical fue allí cuando era diputado y lo hizo a título personal. Avruj, en cambio, marcó un hito porque llegó allí en pleno ejercicio de la gestión y, según él mismo destaca, por expresa instrucción del presidente.
Este viaje humanitario, se suma a la buena sintonía bilateral alcanzada gracias a la cooperación británica para la búsqueda del ARA San Juan, un hecho que fue destacado por Baz Bennett, brigadier a cargo de las fuerzas británicas en el Atlántico Sur.
