El ex jefe de Gabinete de Mauricio Macri; Marcos Peña, se perdió de vista y silenció sus redes después de la derrota de Juntos del Cambio de 2019 y ahora apareció con un exhaustivo análisis que compartió. “Estaba agotado y decidí dar un paso atrás para poder tener perspectiva”, dijo el ex funcionario de 42 años.
En un documento titulado “Un nuevo liderazgo político para el siglo XXI”, Peña se dedicó a detallar las razones humanas y personales que lo llevaron a escribir y a profundizar sus investigaciones sobre este tema y reconoció que una de los interrogantes que lo motivó fue el por qué habían perdido la reelección.
“Este trabajo surge de una búsqueda personal. En diciembre del año 2019, luego de 16 años ocupando cargos públicos, concluía mi tarea como Jefe de Gabinete de Ministros del gobierno del Presidente Mauricio Macri en la Argentina. Con 42 años, y luego de muchos años de estar en la primera fila política, estaba exhausto y decidí alejarme un poco para poder tomar perspectiva y procesar la experiencia vivida”, comenzó en el texto publicado en Center for Strategic and International Studies (CSIS) que él mismo compartió en Twitter.
Quiero compartir con ustedes este trabajo que publiqué hoy.
— Marcos Peña (@marquitospena) December 10, 2021
Resume algunos aprendizajes sobre los que estuve trabajando estos dos años y pretende ser un aporte para aquellas personas que lideran o quieren liderar. https://t.co/ECkvQxNtMO
“Quería tratar de entender claramente por qué no pudimos ganar la reelección, frustrando un proceso de transformación que había generado una gran esperanza en el país y en la región”, señaló. Peña reconoce que esta búsqueda le implicó avanzar un camino muy personal, tanto de él como de quienes habían trabajado en aquellos años.
“Tuve casi 50 conversaciones pidiendo retroalimentación a un nivel más personal, y lo que me llamó la atención fue cómo siempre surgían los problemas emocionales y los lazos interpersonales”, sostuvo. “Por supuesto, también surgieron discusiones políticas, gerenciales o ideológicas, pero siempre en el marco de lo vivido a nivel personal”, destalló.
"El liderazgo debe ser más humano, más colaborativo, más grupal, más conectado con las emociones y también, más humilde, para poder ser eficaz." @marquitospena comparte sus pensamientos en el informe "Un nuevo liderazgo político para el siglo XXI"https://t.co/rz562WIyuj
— CSIS Americas (@CSISAmericas) December 9, 2021
Estas aproximaciones lo llevaron a poner énfasis en la dimensión humana y personal de la política. “A medida que creces en tu carrera política y asumes más tareas, se activa un mecanismo de defensa que te lleva al modo de supervivencia, un estado en el que cada persona vive de manera diferente, pero que generalmente te pone a la defensiva: más desconectado de las emociones, menos capaz de empatizar con otras personas. Vivir en permanente conflicto, defender posiciones, tomar decisiones y recibir críticas y ataques conduce a un modelo adictivo donde las operaciones tácticas se convierten en la droga habitual”, remarcó. “Aumenta la soledad y desata esos mecanismos de defensa. Pero nadie te prepara para eso”, analizó.
“Entender que los próceres, los héroes de nuestra historia, los grandes líderes de la humanidad, son tan seres humanos como el resto es clave”, insistió y agregó: “Ese liderazgo siempre tuvo aspectos dramáticos, de sacrificio, de expresa omisión de sí mismo por ‘amor al pueblo’. El líder nunca se retira, siempre está dispuesto a sacrificarse un tiempo más por el pueblo, no se le ocurre formar a gente nueva y puede justificar la corrupción o cualquier abuso de poder en su misión redentora”.
"El liderazgo debe ser más humano, más colaborativo"
“Muchos ven a los líderes políticos como un grupo de privilegiados en el mejor de los casos incapaces de resolver mis problemas y en el peor cómo corruptos que se aprovechan y abusan del poder. Entonces cualquier remuneración va a ser demasiado alta, cualquier descanso va a ser visto como superfluo, cualquier debilidad como incapacidad. Es un modelo destinado a fracasar, porque nada bueno puede salir de esa dinámica”, subrayó Marcos Peña.
En los últimos apartados, Peña desglosó algunas innovaciones para formar líderes: “El liderazgo debe ser más humano, más colaborativo, más orientado a grupos, más conectado con las emociones y más humilde para ser efectivo. Para que el liderazgo sea más efectivo, debemos crear estructuras profesionales dedicadas a capacitar, apoyar y cuidar a los líderes políticos”.
“Sin duda, es una actividad que se puede pensar en relación con otras actividades de alto rendimiento, como las de los deportistas de élite. Al mismo tiempo, manejar la fama y la exigencia de comunicarse constantemente acerca a los líderes al estilo de vida de los artistas más populares. Esta reflexión también puede ser útil para cualquier persona que desempeñe un papel de liderazgo en la sociedad, incluso si no se dedica a la política”, advirtió Peña.
“También debemos repensar qué herramientas necesitan los líderes y cómo tener estrategias más duraderas para el desarrollo del capital humano. Si el resto de actividades humanas han avanzado científica y tecnológicamente tanto en el cuidado personal como en la formación para el alto desempeño, podemos aprender mucho de ellas y enriquecer la tradicional caja de herramientas de valores, integridad, ideas y habilidades directivas”, concluyó.
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