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Liderazgo: en las empresas no siempre prevalecen los más brillantes

Las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad. La buena noticia es que las habilidades requeridas se pueden aprender, desarrollar y llevarse a la práctica.

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liderazgo empresarial | shutterstock

Sabemos que en las empresas y organizaciones a los trabajadores no les basta con ser profesionalmente capaz, así como tampoco es suficiente fabricar un buen producto o desarrollar un excelente proyecto. La complejidad implica tomar en cuenta numerosas variables.

No alcanza la voluntad para lograr el éxito. Tampoco es suficiente para desarrollarse, poseer capacidad, creatividad e inventiva. Salvo escasas excepciones, estas cualidades son insuficientes. Se requiere constancia.

Cada vez más se verifica que la constancia es una de las variables indispensables para lograr resultados.

Estos conceptos se suponen obvios, ocurre que como consecuencia de las urgencias cotidianas en pos de los resultados, lo obvio queda oculto en un segundo plano, hasta que la realidad se impone.

Visiblemente hay personas que saben muy bien cómo desarrollar una envoltura que predispone a su adquisición. A medida que pasa el tiempo se puede advertir si el contenido se corresponde al envoltorio o por el contrario es algo insubstancial, común o simplemente vacío.

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Así, resulta indispensable colaborar con aquellas/os que son capaces, competentes y que por diversos motivos no pueden mostrarse en su verdadera dimensión.

Hay también quienes han escalado y de pronto advierten que se quedan en un atasco en el ascenso jerárquico y no pueden salir de allí.

 

Cada vez más, en las empresas resulta indispensable colaborar con aquellas/os que son capaces, competentes y que por diversos motivos no pueden mostrarse en su verdadera dimensión.

 

Para crecer en la organización se impone un principio: poseer las competencias técnicas y los skills necesarios.

A partir de cierto momento en el proceso de crecimiento ascendente, estas características son competencias necesarias pero no suficientes. Reitero que este escenario es válido para las empresas en desarrollo o en plena actividad.

Comienzan a avanzar quienes pueden sumar a las indispensables competencias:

  • las habilidades políticas,
  • una mirada sistémica,
  • una percepción contextual,
  • la capacidad de lectura del medio en el que fluyen y
  • una adecuada percepción de la cultura reinante.

Es por ello que no siempre triunfan los más brillantes, ocurre que en muchas oportunidades, estos han sabido emplear muy bien su self management, o han estado en el lugar adecuado en el momento preciso. Es fantástico y bienvenido su logro. Ocurre que no es una característica natural de la mayoría.

 

Cómo aprender a desarrollar el potencial personal/ profesional

 

Para los que hasta ahora no han podido ascender al lugar que perciben como justo y que consideran que poseen la capacidad, es el momento de aprender y animarse a desarrollar el potencial personal/profesional pero no todos han nacido con la capacidad de venderse (en el más amplio sentido del término) lamentablemente no hay universidad que lo enseñe.

Es primordial estar al tanto de que se puede aprender a desplegar las alas del desarrollo.

Para la mayoría de las personas los comportamientos deseados no vienen incorporados naturalmente.

En Administración, el principio de Peter o principio de incompetencia de Peter, está basado en el «estudio de las jerarquías en las organizaciones modernas».  Afirma que, las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad y alcanzan su máximo nivel de incompetencia

 

Las organizaciones necesitan cada vez más de talentos que aporten crecimiento y sostenibilidad para generar desarrollo y competitividad.

 

 

La excelente noticia es que las habilidades requeridas se pueden aprender, desarrollar y llevarse a la práctica.

Las organizaciones necesitan cada vez más de talentos que aporten crecimiento y sostenibilidad para generar desarrollo y competitividad.

Las empresas se encuentran urgidas por mejorar su competitividad e inteligencia organizacional. Actualmente no sobran profesionales que puedan aportar ese valor extra indispensable, ni tampoco abundan los equipos de alto desempeño.

En la psicología existe un criterio aceptado, que plantea que lo que llamamos “carácter humano", no se puede modificar.

Pero si podemos cambiar, desarrollar y entrenar “los comportamientos”, que por diferentes motivos no han podido desplegarse o que por hábito ya no resultan funcionales.

Es una muy buena información y oportunidad para muchos que quieren y necesitan salir de la queja y pasar al protagonismo. También para los líderes y empresas que cada vez más demandan disponer de talentos. La aceleración de los tiempos y la hiper competitividad así lo exige.

* Consultor
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