Este sábado, José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo se casaron en una ceremonia en la iglesia madrileña del Sagrado Corazón y San Francisco de Borja. El evento contó con una extensa lista de invitados de la realeza, aristocracia y alta sociedad, y se destacó por su prominencia y la presencia de figuras destacadas. El alcalde de Madrid describió este día como "el momento más feliz de nuestras vidas" en un mensaje publicado en sus redes sociales.
Entre los asistentes destacaron figuras como el Rey Juan Carlos y sus hijas, las infantas Elena y Cristina, junto con sus nietos Felipe y Victoria de Marichalar y Juan Urdangarin. También estuvo presente la Reina Sofía, quien asistió sola. Otros invitados incluyeron a Cristina de Borbón Dos Sicilias y Pedro López Quesada, los duques de Huéscar, Carla Royo Villanova y su esposo Kubrat de Bulgaria, el expresidente José María Aznar y Ana Botella, Esperanza Aguirre y su esposo Fernando Ramírez de Haro, el empresario Luis Gasset (ex pareja de Ágatha Ruiz de la Prada), Miguel Ángel Gil Marín (consejero delegado del Atlético de Madrid), la chef Pepa Muñoz y su esposa Mila Nieto, así como Luisa Bergel, una íntima amiga de la novia que organizó su despedida de soltera en Milán el pasado febrero.
La fiesta continuó en la finca familiar de la novia en Colmenar Viejo, Madrid, donde se capturó una foto de los recién casados siendo alzados en hombros por los invitados. Esta imagen, compartida en blanco y negro, refleja la atmósfera festiva que caracterizó el evento. Los invitados se trasladaron a la finca El Canto de la Cruz en coches y autobuses privados. Este lugar, elegido por su significado personal, fue el escenario de las celebraciones posteriores.
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Cada aspecto de la celebración nupcial destacó por su originalidad, comenzando por el banquete. Después de un cóctel de bienvenida que anticipó el evento principal, los invitados fueron deleitados con un menú exclusivo que incluía platos gourmet como salpicón de bogavante y solomillo de Wagyu cocinado a baja temperatura. La experiencia culminó con un surtido exquisito de postres que incluía milhojas de crema con fresas confitadas y brownie con crema de yogur, fresas y helado de vainilla.
Además, un detalle que no pasó desapercibido fue la elección de los nombres de las mesas del banquete, que fueron nombradas en honor a algunos de los lugares más icónicos de Madrid. Con nombres como Puerta del Sol, Alcalá, Parque del Retiro, Plaza de Cibeles y Neptuno, este gesto rindió tributo a la ciudad que fue testigo del amor entre Martínez-Almeida y Urquijo.
La celebración de la boda no escatimó en detalles, especialmente cuando llegó el momento de la música y el baile. Manteniendo viva la tradición, el baile nupcial fue inaugurado por los novios, quienes compartieron este primer baile con personas muy especiales: Teresa con su padre y padrino, Lucas Urquijo, y el alcalde con su hermana Magdalena. Y no fue un vals sino el chotis, danza típica madrileña en una pieza tradicional interpretada por Plácido Domingo.
Alejándose de la elección convencional del vals para el primer baile, los recién casados optaron por el chotis 'Madrid' de Agustín Lara, un tributo a las tradiciones madrileñas que encajaba perfectamente con el ambiente de la celebración. La danza terminó en un abrazo emotivo, mientras los presentes aplaudían y vitoreaban, y el momento rápidamente se volvió viral en las redes sociales.
El look de la novia, Teresa Urquijo
Para su boda con José Luis Martínez Almeida, Teresa Urquijo siguió la tradición familiar al usar el vestido que Pedro Rodríguez diseñó para el matrimonio de su abuela, Teresa de Borbón-Dos Sicilias, con Íñigo Moreno de Arteaga en 1961. El imponente vestido de novia fue adaptado por su madre, Beatriz Moreno y Borbón, para su propia boda en 1995 con Lucas Urquijo Fernández de Araoz. Para actualizar el vestido y reflejar su estilo personal, los talleres de Navascués crearon un diseño recto con una gran sobrefalda desmontable, confeccionado con el mismo lujoso tejido de lamé bordado en plata del vestido original. Teresa lució este vestido durante la ceremonia y la fiesta, quitándose la sobrefalda para abrir el baile con su esposo al ritmo de un chotis en lugar de un vals.
Aunque tenía la opción de llevar una tiara dada su relación con la realeza, Teresa optó por algo más sencillo, adornando su cabello con un discreto pasador de brillantes sobre su moño bajo. Este pasador también sirvió como broche para el largo velo que se fundía con la sobrefalda con cola.
Teresa llevaba unos bonitos pendientes largos con un brillante, que guardaban un secreto y homenaje familiar a la difunta infanta Alicia, duquesa viuda de Calabria, bisabuela de Teresa Urquijo.
JCCL
