La historia vuelve a repetirse en la vida de Silvio Berlusconi cuando de enamorarse de chicas más jóvenes que él se trata. Esta vez, la historia lo ubica junto a una chica de 21 años llamada Lavinia Palombini; él tiene 79. Según consigna el sitio IlfattoQuotidiano.it, la joven reúne los requisitos que el polémico empresario y ex primer ministro de Italia gusta en una mujer: que sea rubia, esbelta y use poco maquillaje.
La nueva relación, que aún no fue confirmada oficialmente, ha terminado la que tenía con su anterior pareja, Francesca Pascale –de 30 años–, quien hasta no hace mucho estaba rogando matrimonio a Il Cavaliere. “A Silvio le pido todos los días que se case conmigo. Y renuncio a su dinero”, había anunciado Pascale en una entrevista anterior a Ilfatto, que suele ser muy crítico con Berlusconi. “Yo renuncio a todo, a todo, no quiero nada de su patrimonio (…) Estoy dispuesta a ponerlo por escrito. De Silvio sólo quiero una cosa: quiero el calor de sus brazos; él lo es todo para mí”, agregó Pascale, quien hasta reveló que le gustaría un festejo nupcial en la isla de Capri y que no vestiría de blanco. “Sería ridículo. Quizás un vestido color crema”, agregó su ex.
Ahora, según dicen, él buscó a Palombini. Al comienzo, dicen, le hizo sesenta llamados por día. Luego, llegaron regalos lujosos a los que la joven no habría podido resistirse. La aparición de Lavinia llega justo en un momento en que Berlusconi se encuentra algo agobiado y malhumorado por una serie de dietas que está haciendo, y bastante angustiado por encontrarse en el llano y ante cierta soledad política.
De Lavinia no se conoce mucho: que es una chica tímida e hija de un hombre que maneja importantes negocios en Roma. Berlusconi se casó en dos oportunidades; su última mujer fue Verónica Lario, de quien obtuvo el divorcio hace unos años. Uno complejo por cierto y de varios millones. También él fue protagonista de varios escándalos relacionados con mujeres menores de edad. En junio de 2013, fue condenado a siete años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por incitación a la prostitución de menores y abuso de autoridad.
También en julio del año pasado, el tribunal de Nápoles lo condenó a tres años de prisión por el delito de corrupción, luego de haber sobornado al senador Sergio de Gregorio. Los pagos fueron realizados entre 2006 y 2008, y consistieron en una cifra que se acerca a tres millones de dólares.