“Prefiero hacer camino por mi lado”. A Camila se la escucha firme cuando se le pregunta cómo es esto de hacerse un lugar llevando el clásico mote de “la hija de”. “Todos somos hijos de alguien, sea conocido o no ”, dice, educada pero tajante.
Camila tiene 17 años, mide 1,67 m y es la hija de Víctor Hugo Morales. Aún le queda medio año parar terminar la secundaria y ya sueña con ser modelo. De hecho, ya dio su primer paso, tal vez de la forma que menos esperaba: hace unos meses, posó para la nueva campaña de Rompiendo Espejos, la línea de ropa de María Soledad Fernández, la hija menor de Miguel Angel “Tití” Fernández, quien murió en julio pasado en un accidente automovilístico. “Conocía mucho a Soledad, era una gran persona”, comenta a PERFIL algo dolida por el fatídico episodio sucedido en Brasil.
Camila tiene la belleza y un parecido notable con su hermana mayor, Paula (modelo y actriz), quien es –dice– un poco su norte. “Tengo pensado estudiar algo, como mi hermana, que hizo Psicología. Me gustan el diseño de interiores y la publicidad. Quiero hacer en forma paralela la carrera de modelaje”, aclara. Según dice, su padre la apoya: “Quiere que siga lo que me gusta , se entusiasma con una carrera artística, que sea fuera de lo convencional”.
—¿Sos de ver a tu papá en la televisión o de escucharlo en la radio?
—La verdad que mucho no (risas). Cuando quiero saber algo se lo pregunto.
—Esta semana causó revuelo al decir que en las villas se vivía bien. ¿Qué opinás al respecto?
—Cada uno tiene sus ideas y lucha por su lado...
—¿Te molesta cuando lo critican?
—El puede manejar sus batallas personales. Quizá me rebota alguna crítica, estoy acostumbrada. Sé que mucha gente lo quiere y mucha gente no.
—Es sabido de su simpatía hacia el gobierno de Cristina Kirchner. El año que viene votás por primera vez, ¿ya sabés a quién?
—No lo sé. La verdad, tomo referencias de todos lados, no sólo de mi padre. Cristina se destaca por su inteligencia y su entrega. Y pese a que quizá no comparta con ella algunas decisiones, considero que es muy importante no sólo el hecho de que sea mujer sino también que muestre su preparación para el cargo que ocupa.
—Tu padre ha viajando mucho por trabajo. ¿Alguna vez se lo reprochaste?
—Cuando era chica me llevaba a sus viajes cada vez que podía. Cuando empecé la secundaria, no pude adherirme mucho a sus destinos. Por supuesto que lo extraño cada vez que se va.
—¿Y cómo es como papá?
—El mejor. Todos los domingos almorzamos en casa, en familia. Después nos gusta salir juntos. El ama ir al teatro y siempre me invita.
—¿Lo acompañas a ver ópera también?
—(Risas) No tanto. Vamos mucho al teatro. Me encanta, es su relajación en el día.
—¿Qué le hacés escuchar?
—A los 14 quise que escuchara Justin Bieber, yo era un poco fanática. Pero, bueno, él... ¡Me sacó corriendo! Y con razón.