Los números de la economía hacen de 2018 un año para el olvido y casi no hay sector industrial que no brinde más por un 2019 próspero que por los balances que cerraron hace unos días. Sin embargo, hay un pequeño grupo que nuevamente este verano hará una diferencia numérica que sí deberá agradecerle a Mauricio Macri.
Ellos son los propietarios de casas de Cumelén, el country que desde ayer tiene de huésped a la familia presidencial en versión acotada, es decir, sin la presencia de los tres hijos mayores del mandatario. Y el motivo es simple, el metro cuadrado de las respectivas casas cotizó en alza cuando se confirmó que Macri–aunque en una casa diferente a la del verano pasado– volvería allí a pasar tres semanas de vacaciones. La idea de cruzarse con él, de acceder a charlas “pour la galerie”, de lograr sumarse a una tarde de golf para buscar algún beneficio posterior esquivando intermediarios es un atractivo suficiente para –literalmente– invertir en un alquiler de una casa en ese predio que fue el primer country club de lujo de Villa La Angostura.
Y la palabra inversión no es una metáfora. Consultados por PERFIL dos propietarios de casa en el mencionado country comentaron que vía inmobiliarias de la zona les han ofertado alquilar durante esas tres semanas hasta cuatro veces más de lo que se estipula pagar este verano. Lo mismo sucede con otra “vecindad” erigida en la zona y en la que algunos propietarios fueron sorprendidos por ofertas de alquiler similares.
Esta “reactivación” la celebra también la familia Sielecki, amiga de los Macri y de Awada. Las Balsas, su hotel y en especial su restaurante tiene alta demanda. Ellos también se cruzaran con los Macri al menos en la semana que va hastas el 2 de enero cuando se instalen en Punta del Este. Otros que harán pie en La Angostura son el senador Esteban Bullrich, el titular del Anses, Emilio Basavilbaso –cuyo suegro tiene una gran casa en Cumelén–, los Neuss, y por supuesto, Nicolás Caputo.
