El jueves por la mañana el doctor Alberto Cormillot llegó a Río Gallegos para abordar un avión Hércules de las Fuerzas Armadas que lo llevaría a la Antártida por tercera vez en su vida. Por la tarde llegaría al lugar y ayer comenzó con sus actividades. “Cada vez que piso este suelo me emociono como la primera vez”, aseguró quien viajó con el objetivo de ejecutar un plan para mejorar la alimentación y la calidad de vida de las personas que viven en la Base Marambio.
“Es llamativo que cada vez que llego a este lugar tan bello como inhóspito me conmueva de esta manera”, explicó Cormillot. Y agregó: “Y no puedo dejar de pensar en el enorme y a la vez orgulloso esfuerzo que hacen las familias argentinas que pasan un año aquí con sus hijos”.
Su primera noche fue difícil debido a que la temperatura alcanzó los 12 grados bajo cero y la sensación térmica, los 22 grados bajo cero. Sin embargo, eso no impidió que iniciara su agenda de actividades con los profesionales que trabajan allí diariamente.
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Más allá del plan nutricional y el asesoramiento que dará, Cormillot tiene otros objetivos para su viaje. “Por un lado queremos comunicar y hacer conocer al país lo más posible sobre lo que pasa en la Antártida”, señaló. Y por otro, llevará el tap, su otra pasión, hasta esa base argentina con un baile que preparó a lo largo de las últimas semanas. Para esto practicó la coreografía en su casa junto a su profesor, Agustín Almirón, quien también viajó y está en la Base Marambio.
“Antártida, no te tenemos miedo”, dijo el bailarín y publicó una foto donde se los puede ver a ambos en la parte argentina del continente. Ambos se presentarán ante los miembros de la base que esperan ver el show. Una vez finalizadas todas las actividades regresarán a Buenos Aires, donde continuarán con sus agendas y planearán futuras presentaciones.
