Si hay alguien que supo definir –y englobar en su totalidad– a Cristiano Ronaldo, ese fue Diego Armando Maradona. “El hace un gol y te vende shampoo”, dijo el Diez sobre esta cuestión que tiene el actual delantero de la Juve, quien luego de meter la pelota dentro del arco, toma una carrera que suele concluir con un abrir y cerrar de brazos elegante, escénico y apto para vender cualquier cosa sobre la Tierra.
Arrogante y ganador, el portugués que supo ser el mejor jugador del mundo, un lugar que hoy es ocupado –para muchos– por Lionel Messi, estrenó esta semana su rol de empresario junto a Georgina Rodríguez, su novia argentina que pisa cada vez más fuerte en las arenas mediáticas de España.Se trata de Insparya, una clínica madrileña dedicada al implante capilar, un negocio donde Ronaldo invirtió y confió laadministración a su joven pareja, con quien tuvo a Alana Martina. El jugador ya es padre de otros tres: Cristiano Jr. y los gemelos Mateo y Eva. Fue a comienzos de año cuando Georgina vino de incógnito a Argentina con su hermana Ivana para despedir a su padre, Jorge Rodríguez. De aquella visita dejó un registro en su Instagram de un paseo por Puerto Madero.
“Pienso que es más fácil elegir negocio que elegir un club. Aunque en un club jugás con muchas cosas y tenés que pensar mucho, mucho y mucho; un negocio acaba por ser algo que uno no controla al 100%”, expresó al respecto en un extenso reportaje que el viernes se publicó en la revista del diario El País.
Ronaldo sostuvo que si bien ni él ni su familia tienen problemas capilares, no deja de ser un verdadero trastorno. “Esto es para ayudar a la autoestima de la gente (…) En la estética debes dar un paso adelante”, dijo.
El universo Ronaldo asombra por los números: durante sus nueve temporadas en el Real Madrid disputó 422 partidos sobre 438 de ellos (el 96,3%); jugó 292 partidos de Liga, 101 en la Champions League y sólo treinta en la Copa del Rey. En 2015, Cristiano se convirtió en en el máximo goleador en la historia del Real Madrid: 450 goles. Y marcó 311 goles en la Liga, 105 en la Champions League y 22 en la Copa del Rey.
Goleador insaciable, rara vez se conformaba con marcar un solo gol por partido: 73 veces firmó un doblete, 32 hizo tres goles, seis veces cuatro tantos y en dos, metió cinco. Es además la persona con más seguidores en Instagram del mundo: según datos oficiales de la red social ostenta 164 millones. Es que dentro de la cancha lo ganó todo: 28 galardones entre ligas domésticas, Champions, Eurocopas, Supercopas y Balones de Oro. Desde mitad del año pasado, siendo parte de la Juventus, ya obtuvo (hace dos semanas) el scudeto. Y Ronaldo es consciente de lo que genera.
“Sé que la gente está con una escopeta esperando que Cris falle un penal, o que fracase en un partido crucial. Pero es parte de la vida y debo estar preparado”, expresó en relación a lo que genera entre sus detractores. “No voy a negar que a veces me fastidia y cansa porque parece que todos los años debés probar que sos muy bueno. Es difícil. Es lo que tenés por contar con esa presión adicional de tener que demostrar algo a la gente, no sólo por uno. También a la gente que está tu alrededor: tu familia, tu madre, tu hijo… ‘Cris, tienes que ganar mañana’. Eso te hace más activo. Siempre tenés que entrenar, pero llega un momento en que decís: “Mirá, dejame…”.
Sin pelos en la lengua, sostuvo que ve hoy al fútbol como una misión que tiene que ver con ir al campo, ganar, y hacerse mejor. “La gente siempre está juzgando: ‘Está acabado ya. Tiene 33, 34 o 35 años, ya lo debería dejar’”. Aunque al mismo tiempo expresó que siente que lo ven como alguien que nunca puede tener un problema, una especie de robot que “nunca puede estar triste, ni tener preocupaciones. La gente identifica el no tener problemas, con el éxito, con el dinero”. En un fragmento de la entrevista se le preguntó siguiendo ese planteo cómo puede estar triste o tener un bajón si tiene millones. Y Cristina confesó que no recuerda cuándo fue que se acostumbró a convivir con todo eso, aunque sí dijo haber sentido mucha presión cuando llegó al Real (Madrid), siendo el jugador más caro de la historia. Sin dudas uno de los segmentos del reportaje donde aparece la voz de un Ronaldo más 100% que nunca, fue cuando el periodista le pregunta qué es lo que hace cuando llega a un club nuevo: “Lo primero es ser yo. Mi ética de trabajo es siempre la misma. Si un dueño de una empresa llega y empieza a rajar de todo el mundo, la gente no lo verá como un líder. Dirá: “Este es mi jefe, pero no me trata bien”. Hay que ser humilde, aprender que no lo sabés todo. Si sos listo, captás cositas que te hacen mejorar como atleta. En la Juve me adapté perfectamente. Vieron que no soy un vendehumo. Es Cristiano y es lo que es porque se cuida. Una cosa es hablar y otra, hacer. ¿Por qué gané cinco Balones de Oro y cinco Champions?”.
El jugador manifestó que está acostumbrado también a ciudar de los suyos frente a lo que genera. “Siendo una de las personas más mediáticas del mundo no es fácil ocultar cosas (...) Cuanto más arriba estás, más te quieren tirar para abajo (...) Mi vida personal es más íntima, tengo novia, hijos, madre, hermanos, amigos. Yo no puedo irme a casa cuando pasa algo y llorar. Si surge un problema, vamos a intentar buscar una solución. Sólo no hay solución para la muerte”, dijo. “Si tengo todo lo que tengo y gano lo que gano, algo bien estaré haciendo. Soy la persona con más seguidores del mundo”.
Ante la Justicia española
Cristiano Ronaldo fue noticia el año pasado no precisamente por su destreza dentro de la cancha, sino por cuatro delitos con el fisco español al que tuvo que reconocer que dejó de pagar 5.717.174 euros en impuestos entre 2011 y 2014. Como parte del acuerdo con la Fiscalía para no ir preso –le dieron una condena de 23 meses– tuvo que pagar una multa de 18,8 millones de euros. En relación a esto y a su nuevo emprendimiento en Madrid, sostuvo: “Los españoles me trataron bien. Quería darles unos puestos de trabajo, independientemente de tener los problemas que he tenido con Hacienda, porque eso no lo puedo olvidar ni esconder, mi vida es un libro abierto. Yo voy con la cabeza erguida, sé que la gente me quiere (...) Por la calle (en Madrid) me dicen: ‘Cris, vuelve a casa, esta casa es siempre tuya’. Y me gusta escuchar eso”.