En sus fotos, sus protagonistas están más bellos que nunca. Ya sea Julia Roberts, Madonna o Lady Di o incluso los argentinos que posaron para él como Valeria Mazza (ver recuadro), Iván de Pineda o Milagros Schmoll, una de los dos modelos argentinas que actualmente triunfan en Europa. El ojo mágico detrás de muchas de las imágenes más icónicas de las últimas tres décadas, logra la dificultosa tarea de sacar lo mejor del otro.
Ese es el secreto del éxito de Mario Testino, el fotógrafo del glamour, que logró convertirse en una estrella dentro de un mundo donde, generalmente, son quienes están delante de las cámaras quienes brillan. ¿Cómo no quedar desdibujado en el proceso y hacerse un nombre propio? Cuando su carrera comenzaba a tomar vuelo, Testino se hizo esa pregunta. Comenzaba la década del ‘90, un momento en el que las supermodelos tenían el estatus de las divas de Hollywood e incluso las eclipsaban, y entonces, según cuenta el fotógrafo, un editor le dio un consejo de oro: encargarse, como sea, de poner lo propio. Y así lo hizo.
Realistas y lujosos, mágicos, así son los retratos de este artista peruano, que traerá su trabajo a Argentina por primera vez con In your face (En tu cara), una exposición que inaugura el calendario 2014 del Malba. De esta manera, entre el 13 de marzo y el 9 de junio podrán verse sus imágenes más célebres –como aquella de Kate Moss, “su favorita” y amiga, con la cara pintada de colores que ilustra esta nota– y un recorrido por los diferentes aspectos de su carrera: desde sus trabajos en la moda y publicidad, hasta las obras que él considera autobiográficas.
Nacido en Lima hace 59 años en una familia de buen pasar económico, se mudó a Londres en 1976. Se instaló en una habitación de un hospital abandonado y empezó a vender portfolios por 25 libras esterlinas –unos 40 dólares actuales–, en los que él mismo se encargaba del maquillaje y el peinado. Ahora, convertido en empresario, sus obras se venden hasta en 4 millones de dólares, tiene 12 libros publicados, numerosos premios y hace las campañas de Burberry Prorsum, Michael Kors y es uno de los fotógrafos mimados de la edición norteamericana de Vogue. Y desde hace unos años sumó esta nueva actividad: recorrer el mundo con sus muestras a las que asisten un promedio de 150 mil personas.
Aunque su currículum está lleno de grandes momentos, quizás el más alto se ubica en 1997, cuando retrató para revista Vanity Fair a Lady Di en lo que fue la última sesión de fotos que hizo la princesa inglesa antes de morir en París. Las imágenes que la inmortalizaron fueron luego reunidas en una exhibición en el Palacio de Kensington. Hoy Testino continúa siendo el fotógrafo de la realeza británica y es quien, por ejemplo, realizó la foto con la que el príncipe Guillermo oficializó su compromiso con Kate Middleton. El hombre detrás de la lente es simpático, cálido y divertido, según quienes lo conocen. De hecho, él considera que hacer reír a la gente es su mayor placer. Esto quizás tenga que ver con sus raíces latinas las que, a pesar de haberse radicado en el exterior no abandona. En 2012 fundó en la ciudad de Lima, MATE, Asociación Mario Testino, un espacio cultural en una casa histórica restaurada, donde expone y organiza diferentes programas culturales.
Testino ha fotografiado a todos: desde los clásicos Nicole Kidman, Brad Pitt y Kate Winslet, hasta las contemporáneas Lady Gaga, Emma Watson, Jennifer Lawrence y Miley Cirus. Es también el fotógrafo del backstage de las celebridades. Cuando está “de civil”, lleva una camarita digital a todas partes para capturar momentos espontáneos en reuniones, fiestas y vacaciones.
En el cine. Anna Wintour, la famosa editora de moda de la edición norteamericana de Vogue lo incluyó en el documental September issue (La edición de septiembre). Allí Testino es encargado de realizar en Roma la tapa de ese número de la revista, el más importante de todos los de Vogue porque es el que llega a superar las mil páginas cada septiembre.
En distintas momentos se exhiben los pormenores de la realización de la misma e incluso Wintour se permite mostrarse disconforme con el trabajo de Testino porque no hizo ni una imagen en el Coliseo romano. Aunque ella parece tratarlo con desdén, la aparición de Testino en el filme es sinónimo que es el divo de los fotógrafos de moda.
“Es estético y ama a la mujer”
“Hace muchos años que lo conozco, desde los ‘90”, dice Valeria Mazza a PERFIL. “Es un divino como persona, simpático y muy querible. Es un apasionado de lo que hace, por lo que trabajar con él es un placer. Te dejás llevar, confiás en su ojo porque es muy estético y ama a la mujer; entonces sabés que con él te vas a ver bien. Algo que me parece genial es que no puede dejar su pasión y está siempre con una camarita chiquita registrando absolutamente todo. Hace unos años, el primer verano que vino a Punta del Este, nos hizo unas fotos en blanco y negro a toda la familia mientras estábamos todos en la playa. Trabajar con él es muy agradable porque al ser latino y compartir el idioma, hace que te conectes de otra manera. Es también una persona muy solidaria y hace mucho por su país. Tiene su familia allá y siempre está organizando y haciendo cosas por Perú”.