PROTAGONISTAS
La 'PUERTA DE HIERRO' vaticana

El papa Francisco y los 'peregrinos' políticos que lo visitan por una foto

<p>Se ubican <strong>en primera fila</strong> para saludar al pontífice argentino en la Plaza de San Pedro. Sólo <strong>unos pocos</strong> tienen audiencia privada. Regalos, anécdotas y fervor.</p> Galería de fotos

El empresario de medios Daniel Hadad.
| Cedoc

Todos ellos se asemejan en algo. Ya sea en audiencias públicas o privadas, con sol o lluvia, son personalidades que hicieron los 11.125 kilómetros que separan Buenos Aires de Roma para estar con él: el papa Francisco. Desde que asumió como sumo pontífice, ha recibido en su tradicional audiencia de los miércoles la visita de distintas personalidades de la política, la cultura, el deporte y los derechos humanos. Estela de Carlotto fue una de ellas. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo viajó a fines de abril y aprovechó para entregarle una carpeta con datos de los nietos que busca su organización. Lo hizo acompañada por Juan Cabandié. “El encuentro estuvo muy bien”, dijo seco a PERFIL el legislador porteño kirchnerista. En la carta, las Abuelas le solicitaron “que pida a los miembros de la Iglesia Católica y a sus feligreses que brinden la información que tengan sobre el paradero” de los “nietos y nietas desaparecidos”.

Otro que tuvo su momento fue Matías Lammens, presidente de San Lorenzo, quien junto a Francisco recordó al equipo campeón de 1946. “¡Se acordaba de la formación! El lo veía junto a su padre, fue muy emocionante”, contó a PERFIL Lammens. Para el dirigente, el Papa tiene una “cosa porteña” que asombra. “Es el tipo que te podés encontrar en un bar de San Juan y Boedo para tomar un café”, agregó. Al senador porteño Samuel Cabanchik –del bloque Proyecto Buenos Aires Federal– le llamó la atención también familiaridad asociada al mismo lenguaje: “Cuando lo vi, me saludó con un pulgar hacia arriba. ¡Eso es muy nuestro, y está en Roma!”. Ese mismo día, el 15 de mayo, Juan Martín del Potro tuvo su momento frente a Francisco. Según contaron, le llevó una raqueta de regalo, pero se lamentó cuando se dio cuenta de que no tenía otra para que se la bendijera. Y si de regalos se trata, el sumo pontífice recibió de manos del orfebre Adrián Pallarols un cáliz de plata que había sido expuesto en el santuario de San Cayetano, en la catedral de San Patricio de Nueva York.

“Fue un gran momento”, resumió ayer Hermes Binner a PERFIL, quien acaba de bajarse del avión que lo trajo de Europa tras mantener una reunión con Francisco en la plaza del Vaticano el miércoles pasado y ante más de cien mil personas. Durante el contacto, Binner aprovechó para entregarle un ejemplar del libro Hacia allá y para acá, del jesuita alemán Florián Paucke, que habitó en tierras santafesinas a mediados del siglo XVIII. “¡Qué bueno que alguien se dedique a editar algo sobre este hombre!”, exclamó Francisco. Daniel Hadad saludó al Papa el miércoles 15 de mayo en la Plaza de San Pedro, y éste le preguntó por su familia. “Vi a un líder mundial; los argentinos no nos damos cuenta aún de que él está entre los cinco líderes más importantes del mundo; va a pasar a la historia”, dijo a PERFIL el empresario, que quedó impresionado por el fervor que despierta en la gente. “Transmite una energía increíble”, dijo. Junto a él estaba también Beatriz, la madre de Wanda Taddei, quien contó que le escribió una carta a Bergoglio apenas supo de su nombramiento, y él la convocó para ir a verlo. Por su parte, Jorge Capitanich prefirió no dar detalles de su reciente visita al Vaticano.

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Lo habría ido a ver hasta Zaffaroni

“Sí, hubo una reunión de Zaffaroni con el Papa”, dijo Matías Piris, funcionario de la embajada argentina en la Santa Sede, a PERFIL. La gestionó Juan Pablo Cafiero, titular de ese ministerio diplomático, y fue hecha a pedido del propio Raúl Zaffaroni. De carácter privado –por lo que no se asentó en registro alguno– y café de por medio, el Papa y el juez conversaron hace una semana. A pesar de esta confirmación hecha a PERFIL, allegados a Zaffaroni niegan que haya sido recibido por el sumo pontífice, a quien conoce desde mucho antes de que fuera entronizado.

El juez no estuvo en contacto con la sede diplomática argentina en Roma ni antes de llegar a Italia ni durante su estadía, ni por correo electrónico ni telefónicamente. “No tuvimos ningún contacto con él”, confirmó a PERFIL Carlos Cherniak, jefe de la sección Política, Derechos Humanos y Cooperación de la embajada argentina en Roma. Zaffaroni está en visita privada y no tiene la obligación de anunciarse, aunque es costumbre que cuando una alta personalidad del Estado viaja al exterior mantenga algún nexo con la sede argentina. El miércoles último, la embajada argentina organizó un cóctel en una de las más lindas terrazas de Roma, detrás del Aracoeli, con influyentes políticos italianos, de izquierda y de derecha, empresarios y lobbistas. Estuvieron el ex ministro del exterior Franco Frattini, el jefe de la izquierda radical italiana en el Parlamento, Gennaro Migliore, el ex presidente de la cámara de diputados Fausto Bertinotti, y como huésped de honor, el gobernador del Chaco, Jorge Capitanich; el magistrado no estuvo en la lista de invitados.

Zaffaroni disfrutó de la primavera italiana en un viaje que lo llevó a Roma, Pisa y Napoli. El juez tiene amigos en el mundo académico italiano; ha sido invitado a dar conferencias, y las universidades de Macerata y de Udine le entregaron doctorados honoris causa en 2002 y 2009, respectivamente.

 

Parecidos y diferencias con las visitas a Puerta de Hierro

Tanto el papa Francisco como Juan Domingo Perón se asemejan en que están en la vida de los humildes, del mismo lado. Recuerdo las palabras del cura Benítez, que era el confesor de Evita, donde decía: “Yo aprendí de Evita a perder la soberbia del universitario y a sentirme par de los humildes”. En realidad, ni la Iglesia ni el peronismo son vanguardia de los humildes, sino que son la conciencia engendrada en los humildes, aunque la política siempre pertenece a lo coyuntural. Las visitas a Perón en Puerta de Hierro, Madrid, eran un tema político y revolucionario porque su retorno era un imposible en aquel momento. Mi generación encontró en Perón y en su regreso una utopía, y por eso somos una generación que vive entre la dicha de concretar ese imposible, esa por entonces utopía. Desde otro lado, Francisco es una figura trascendente, de amplitud para los argentinos: el Papa es amante de Borges y de Marechal en la Gran Buenos Aires. La similitud es que los dos –Perón y Francisco– nacen en la Argentina enamorados de la causa popular. El Papa seguramente trasciende porque expresa al catolicismo universal. Tal vez la utopía con Francisco, para hacer una analogía con Perón, sea la iglesia de los humildes, que él representa esa iglesia y con eso abre una ventana enorme. Cuando el marxismo decía que la religión era el opio de los pueblos, quedó claro que el opio era la ideología y no la religión, porque la ideología se separa de los humildes y la religión se enmarca en los humildes.

Yo creo que el mismo Francisco, tal como él lo dice, es un papa peronista porque su religiosidad mayoritaria está puesta en su pueblo.
 

*Julio Barbaro, Ex titular del Comfer.