PROTAGONISTAS
En sus memorias

El rey Juan Carlos confesó su deseo de morir y ser enterrado en España pese al conflicto familiar

El ex rey de España expuso sin filtros el dolor del exilio y el distanciamiento familiar. Su libro "Reconciliación" detalla también polémicas sobre Franco, un grave error financiero y el luto por Alfonso.

Juan Carlos de Borbón, rey emérito de España
Juan Carlos de Borbón, rey emérito de España | AFP

Las esperadas memorias del rey emérito Juan Carlos I, tituladas "Reconciliación", se presentan como el testamento íntimo de un monarca autoexiliado, un documento que, según reportes de la prensa anglosajona, aborda directamente sus deseos más privados y su fracturada relación con la Corona.

El núcleo de estas revelaciones gira en torno a un anhelo irrenunciable que el exjefe de Estado expresa sin ambages: regresar a España, a su hogar, no solo para una "jubilación tranquila" sino para ser "enterrado con honores" en su patria. Este deseo se contrapone al profundo y doloroso distanciamiento con su hijo, el rey Felipe VI, una tensión que define su retiro forzoso.

El libro no evade la mención del conflicto que lo separa de su sucesor y de la familia real. Juan Carlos I, quien abdicó al trono en 2014 y se exilió en Abu Dhabi en 2020, utiliza las páginas para manifestar su sentimiento de abandono, señalando cómo su situación actual en Abu Dabi lo ha llevado a reflexionar sobre su libertad.

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Rey Emérito

El ex monarca se lamenta de la falta de apoyo de su círculo íntimo y de su propia familia, revelando una soledad que percibe como impuesta por la necesidad de preservar la institución que él mismo restauró. El texto, de estilo melancólico, busca una reivindicación ante el juicio de la historia.

La expresión más dramática de este aislamiento se encuentra cuando dice: "Ahora que mi hijo me ha dado la espalda por deber, ahora que los que se llaman mis amigos me han dado la espalda, me doy cuenta de que nunca he sido libre". Con estas palabras, el rey emérito no solo sitúa el foco en Felipe VI, sino que también extiende la acusación a su círculo de amistades, enmarcando su exilio como un castigo impuesto por el "deber" institucional.

El ex monarca concluye su obra con una petición explícita y un llamado al juicio de la historia. Reitera su deseo final de ser "enterrado con honores" en España, un privilegio que anhela recuperar a pesar de su exilio y de las tensiones institucionales. Se describe a sí mismo como "un hombre que se entregó enteramente a su país" y deja el destino de su legado en manos de la nación: "España decidirá, la Historia nos juzgará".

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Las memorias del rey Juan Carlos: errores financieros y respeto por el general Franco

Las memorias también se centran en las controversias financieras que acabaron por minar la legitimidad de su reinado y forzar su abdicación en 2014. El rey Juan Carlos detalla explícitamente el episodio del regalo de 65 millones de euros que recibió del difunto rey Abdullah de Arabia Saudita en 2008, un punto álgido que desencadenó el escándalo sobre su fortuna en el extranjero.

Respecto a este controvertido obsequio, el emérito admite sin rodeos que su aceptación fue un "grave error". El rey afirma que fue un "regalo que no supe rehusar", reconociendo así la falta de juicio en su manejo financiero. Esta confesión se equilibra con una queja adicional que busca empatía: ser "el único español que no recibe pensión después de casi 40 años de servicio", tratando de destacar la desproporción entre su dedicación y la situación actual.

Las memorias dedican una sección significativa a la figura de Francisco Franco y la peculiar relación que mantuvieron. Juan Carlos I no oculta su visión personal sobre el general, expresando su profundo respeto hacia él. La descripción de Franco como un hombre inteligente y con sentido político por parte del emérito es una de las revelaciones que más ha llamado la atención de la prensa internacional.

El libro incluye un dramático relato de las horas finales de Franco, reproduciendo la conversación privada que mantuvieron. Juan Carlos confiesa haber tenido un "enorme respeto" por él, apreciando su inteligencia y sentido político. "Tomó mi mano y me dijo, como si fuera su último aliento: ‘Alteza, solo le pido una cosa: mantenga el país unido’", relata.

Por primera vez en sus memorias, el monarca aborda la tragedia que lo marcó siendo adolescente: la muerte accidental de su hermano, Alfonso de Borbón, en 1956. El relato rompe el silencio que ha rodeado este evento traumático, en el que Alfonso falleció por un disparo mientras ambos manipulaban una pistola.

El impacto de la pérdida de Alfonso es abordado con gran detalle emocional, reconociendo el vacío que la muerte del infante dejó en su vida. "Sin su muerte, mi vida habría sido menos sombría, menos infeliz", dijo el rey emérito.

ds/ff