Ya no quedan síntomas del coma farmacológico al que fue inducido para soportar los dolores y Matías Garfunkel volvió en sí. Victoria Vanucci, su mujer y madre de su hija Indiana de dos meses, no se separa de su lado. Desde que el empresario protagonizó un accidente que pudo ser fatal el domingo pasado en la ruta 237 cerca de Bariloche, la ex modelo se ocupó de todo: viajó al sur en la madrugada, autorizó el traslado en avión sanitario y es quien tomó las decisiones más importantes. Es ella la que pidió a la clínica Fleni que no se emita ningún parte médico y dio la orden a su entorno para que nadie hable con la prensa en pos de la tranquilidad de su marido y también de los tres hijos que Garfunkel tiene de su primer matrimonio.
Incluso, fue quien en pleno shock defendió a su pareja de los comentarios que el cantante Andrés Calamaro le hizo en su cuenta de Twitter. “Se accidentó gravemente el empresario responsable de una revista asquerosa de chismes, la peor. Justicia divina. Me río de janeiro. Desde la revista de Garfunky me tiraron tanta merde que sinceramente estaba deseando que le pase algo jodido”. Y Vanucci explotó. “Lavate la boca antes de hablar de mi marido, falopero de mierda, solo un sorete como vos puede desear algo semejante. Hijo de puta mal nacido, ¡estoy con mi hija de un mes y medio y vos decís eso! Basura de persona”. Y luego agregó: “Cuando mi marido se despierte, que Calamaro se agarre. Mi marido va a salir de esto”. Pero finalizó más tranquila: “Vamos cada vez mejor, y no veo la hora de que esté en mi casa conmigo, con Indiana y con sus hijos”.
Perfil. Garfunkel tiene 38 años y es hijo de Mónica Madanes, familia propietaria de Aluar, y del empresario y banquero Jorge Garfunkel (fallecido; y nieto de Boris Garfunkel, fundador de la empresa BGH en 1913). Heredó de su familia la pasión por los negocios movido por el objetivo de demostrar que las terceras generaciones no despilfarran la fortuna heredada. Después de vivir en Miami con su primera esposa y sus tres hijos, regresó al país con un perfil alto, algo que su familia siempre evitó.
Hoy Matías es un fuerte accionista en grupos de medios, en sociedad con Sergio Szpolski. “Me siento cómodo en ese lugar. Es algo que viví de chico, por el lado de las dos familias. Mi preparación apuntó a esto. Es lo que me gusta y en lo que me desenvuelvo mejor”, suele decir quien se considera fanático del ajedrez y fumador “sólo de habanos y pipas”. En su formación se mezclan las leyes y la filosofía y una avidez por la lectura: “Leo cuatro libros por semana”. Además le gusta escribir, tiene editados cuatro libros.
Y si bien su popularidad llegó de la mano de Vanucci en 2010, fueron sus alianzas y estrategias de negocios las que lo llevaron a tener un sitio destacado en la industria mediática con los que también logró vincularse con el gobierno actual. Por ejemplo, se lo ha visto reunido varias veces con Amado Boudou en el Park Hyatt, donde también en 2012 casi se pelea con Marcelo Tinelli luego de una polémica tapa que El Sensacional, revista de su propiedad, le dedicó al conductor.
Al igual que su padre, Matías también supo ser un galán. Cuando su papá se separó de Mónica Madanes, comenzó una relación con Marcela Tinayre y después se casó con Rossella Della Giovampaola, con quien tuvo una hija, María Toscana que hoy vive en Milán. En tanto, a Matías se lo vinculó con Luciana Salazar –quien dijo que rezó por él cuando se enteró del accidente– y Alla Garkusha, una cantante desconocida en Argentina. Pero fue su relación con Vanucci la que lo corrió de los suplementos de economía a los de espectáculos.
Cómo fue el accidente
Matías Garfunkel había cenado con amigos en Piedra del Aguila, a unos 200 kilómetros del centro de Bariloche, a donde había viajado para hacer negocios y pasar posteriormente unos días de vacaciones con Vanucci y su beba. Alrededor de las 9 de la noche, abandonó el campo en el que estaba y se subió a su Land Rover, camino a Bariloche por la ruta 237. Pero dos horas más tarde, a la altura de Collón Curá, a 130 kilómetros del centro de esa ciudad, no pudo controlar la camioneta en la que viajaba –se dice que iba a alta velocidad– y terminó chocando contra la montaña. El accidente le causó una fractura de columna, traumatismos múltiples, fractura de cráneo y contusión pulmonar por lo que estuvo internado en el Sanatorio San Carlos de Bariloche con asistencia respiratoria mecánica y se lo indujo a un coma farmacológico para facilitarle el proceso de recuperación. Vanucci viajó para allá para organizar el traslado del empresario al Fleni donde lo sometieron a varias operaciones y se recupera, en terapia intensiva.