Desde que el sábado a media tarde PERFIL publicó en su edición online la separación de Horacio Rodríguez Larreta de la wedding planner Bárbara Diez, la viralización de la noticia copó los distintos grupos de chats de los funcionarios y funcionarias de la Ciudad de Buenos Aires, y de ahí para abajo y los costados.
El diccionario marketinero del equipo de Horacio Rodríguez Larreta hizo una búsqueda random y así surgió "distanciamiento". Término aséptico, casi carente de emocionalidad alguna y más propia de un enfriamiento en una relación de amistad e incluso entre socios políticos, que aplicable a dos personas que compartieron un matrimonio de 20 años de crecimiento mutuo. También de objetivos personales y profesionales compartidos.
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La palabra "crisis" (matrimonial) entre Rodríguez Larreta y Bárbara Diez pareció haberse descartado. Cuando para muchos crisis es sinónimo de oportunidad, para otros tiene un tono negativo. Y eso ya la tachó de plano del listado. Y separación –parece– coloca al político con ambición presidencial en la antesala de un –posible– divorcio. Es decir, en un camino de no retorno de la pareja.
Superado el shock inicial, también entre integrantes empezaron a consultarse con ironía posibles causales. Esto es, a ponerle un nombre a esa cuestión. O mejor dicho, nombres. Había que bajar la presión de una noticia que para muchos fue una "sorpresa".
Ese fue el sustantivo más usado por los consultados por PERFIL en las últimas 48 horas. Sumado a cierto temor a avanzar un poco más en las respuestas porque "de eso no se habla".
Y respuestas sobre la situación personal de Rodríguez Larreta las hubieron de varios tipos. De que todo es parte de una estrategia para licuar el tema de la separación entre diciembre y febrero, y así llegar a marzo con una agenda que sólo se concentre en la campaña 2021 por las legislativas. Hasta motivaciones más íntimas que hacen de la separación la única alternativa "razonable".
Y ayer, fuera del blindaje mediático que construyó Rodríguez Larreta, las causas esgrimidas por un periodista y por una panelista -de canales diferentes-, arriesgaron otra razón más fuerte para la separación.
Mientras tanto el coronavirus otra vez, convocó ayer a Nación, Ciudad y Provincia de Buenos Aires, a reunirse a través de los funcionarios máximos del área de Salud. Y a Rodríguez Larreta con intendentes bonaerenses de su propio espacio. Eso en lo público. En lo privado, a tres semanas de haber dejado el departamento donde vivían con Bárbara Diez y sus dos hijas, Rodríguez Larreta sigue como huésped de uno de sus mejores amigos, ubicado a escasas cuadras.