El Festival de Cine de San Sebastián abrió el último viernes con una polémica por la proyección de No me llame Ternera, un documental codirigido por el periodista Jordi Évole y Màrius Sánchez, que ofrece una entrevista exclusiva con José Antonio Urrutikoetxea, conocido con el sobrenombre de Josu Ternera, dirigente de la desaparecida organización independentista armada ETA.
El partido de ultraderecha español Vox realizó incluso una protesta para evitar que el documental se exhiba. Antes que esta puesta en escena de un partido que reinvidica al dictador Francisco Franco, hubo una carta de protesta firmada por más de quinientas personas, entre ellas familiares de víctimas de ETA, que acusó al documental de formar “parte del proceso de blanqueado de ETA y de la trágica historia terrorista en nuestro país, convertida en un relato justificativo y banalizador”.
No a lugar; se exhibe. Los organizadores del festival mantuvieron la decisión tomada. “Estimamos que la película ha de ser vista primero y sometida a crítica después y no al revés”, explicó en un comunicado José Luis Rebordinos, director del certamen. “No me llame Ternera ni justifica ni blanquea a ETA, esas sí hubieran sido razones por las que este festival no proyectaría una película”.
José Urrutikoetxea, de 72 años, fue quien que leyó el comunicado sobre la disolución de ETA en mayo de 2018. Él fue detenido en Francia en 1989. La Justicia española lo reclama en relación con el atentado contra una residencia-cuartel de la Guardia Civil en 1987 en Zaragoza, que provocó once muertos.