Se trata de un ensayo permanente: cómo moverse mejor en este terreno, la política. Porque, aun sin ser funcionaria, la figura de Juliana Awada se hace cada vez más visible como en la cmapaña de 2015. El objetivo es claro: ser una primera dama presente. Ayer, una vez más, hizo gala de lo que más sabe: acompañar a su marido. En este caso fue en la inauguración oficial de la 131a Exposición Rural que hoy cierra.
Cada vez más, aparece en escena, ya sea con niños o con abuelos, ella despliega el costado social que tanto le convenció a la hora de empezara leer un posible manual de primera dama. Fue el camino recomendado por Durán Barba, el artífice de Awada a la hora de salir a escena. “Para después de octubre, si las cosas van bien, habrá unos cambios en sus actividades. Por ahora es esto”, desliza a PERFIL una fuente con llegada a protocolo y ceremonial del Gobierno.
El jueves, Awada visitó la Residencia Casimira, un hogar para adultos mayores ubicado en Bella Vista, donde conversó y participó de actividades con los abuelos junto al equipo de profesionales que allí trabaja. “Compartí una linda tarde con los abuelos de la residencia. Me contaron sus historias y las actividades que hacen juntos todos los días y me transmitieron su esperanza por el país que sueñan para sus hijos y nietos”, dijo según declaraciones que difunden desde Gobierno. Awada sigue con la orden de no dar notas. “Muchos de ellos vivieron situaciones difíciles, y es muy importante que puedan disfrutar de esta etapa tranquilos, haciendo las cosas que les gustan y sintiéndose cuidados”, agregó. Awada destacó vía comunicado que “la presencia del Estado es fundamental” y puso de relieve en ese sentido el rol que le cabe al Ministerio de Desarrollo, a cargo de ese espacio. Y agregó la cartera que conduce Carolina Stanley “hizo un gran trabajo y gracias a eso hoy estos abuelos se sienten contenidos y acompañados. Y no hay nada más importante que eso”. En la residencia se realizan talleres de movimiento, estimulación cognitiva, alimentación saludable, manualidades y artesanías, cocina, huerta, coro y yoga, entre otras actividades.
Comunicados e Instagram. La semana que pasó, Awada cubrió el otro frente: los chicos. Recibió en Olivos a la Fundación Pequeños Pasos. “Estoy feliz de recibirlos y de compartir este día con ellos. No hay nada más importante que verlos sonreír y crecer soñando con el futuro y desarrollando sus capacidades”, escribió en su cuenta de Instagram.
Cerca de los más grandes y los más chicos, ésa es la ecuación. Aunque, tal como una impronta verdaderamete personal, Awada mantiene y comunica su elegancia y una actitud abierta. También se la pudo ver hace unos días, junto a Luis Felipe Noé en su exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes. Y hace dos semanas, improvisó un discurso en una cena a beneficio de la Fundación Favaloro. Awada da pasos pequeños pero seguros. Eso es lo que le piden hasta octubre.