Pese a que trataron de mantenerlo en el más absoluto secreto, fue imposible. La combinación de situación feliz sumada a la importancia de uno de sus protagonistas rompió el blindaje que esta pareja intentó para mantener para el bajo perfil.
No obstante, la zozobra inicial pasó a un segundo plano cuando ayer, alrededor de las ocho de la noche, en el pintoresco pueblo de Rafaela, familiares y amigos acompañaron a la pareja para la boda. Allí, en su casa del barrio cerrado de Los Alamos, lleno de espacios verdes y casas quintas, el juez de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti (60), tal como primició PERFIL el domingo último, se casó con Mara Beatriz Perren, 26 años menor que él. Se trató de una ceremonia civil, sin iglesia, sobria y sin compañeros de la Corte o mienbros del Gobierno nacional, ni incluso amigos de Buenos Aires. Sólo los más íntimos.
Hasta allí se trasladó la jefa del Registro Civil de esa ciudad, Esther Giraudo de Nos, quien les tomó el “Sí, quiero” a los novios. Los testigos de parte de él fueron Romina Charavilio y Susana Lorenzetti, la sobrina y la hermana del juez. Entre los pocos que fueron participados estuvieron presentes la madre y los hijos del juez, y del lado de Perren, sus padres, hermanos e hijos. Y amigos de ambos de Rafaela. Poco después de la ceremonia, hubo una cenacon mucho clima familiar.
La noticia del casamiento llamó la atención ya que muy poco se sabe de la relación. Pese a que se conocen desde hace mucho tiempo, el noviazgo trascendió recién en 2014, cuando se publicaron unas fotos del juez de viaje por Estados Unidos acompañado por Mara. Imágenes a las que luego le siguieron otras en las que se ve a Lorenzetti muy divertido junto a Mara en un bar de Rafaela festejando el cumpleaños de su ahora cuñada. Las mismas provocaron incomididad en el titular de la Corte, quien, según trascendió, pensó que se trataba de alguna campaña en su contra.
Ella. Mara tiene 34 años. Es madre de dos varones, uno de 12 y otro de 14. Y oriunda de la pequeña localidad vecina de Ambrosetti. Allí los Perren son mayoría entre 1.200 habitantes y ella era conocida por ser la hija del mecánico del pueblo, Helio Perren, y de la modista Juana Goyenechea. Al igual que el juez, se separó del padre de sus hijos, el corredor de autos rafaelino Oscar Canelaque, quien fue campeón de Turismo Nacional en la década del 90 y 2000. Y quien en la actualidad es dueño de tres estaciones de servicio en Rafaela. A fines de marzo de 2014, el presidente de la Corte inauguró el juzgado federal de Rafaela. El juez a cargo es el doctor Miguel Abasolo y una de las secretarias administrativas es Mara Perren, quien sigue trabajando hasta hoy. Lorenzetti también tuvo hijos en su primer matrimonio con Analía Cortassa: el Pablo –de 31 años y a cargo de un estudio jurídico en Rafaela–, Lucía y Franco.
Amor a la distancia. La relación entre ellos comenzó en 2011, año en el que hicieron su primer viaje juntos. El destino fue Miami. Pero fue mucho después que se animaron a oficializarla. De hecho, para entonces se veían poco y Lorenzetti trataba de no sumarla en sus actividades académicas en Buenos Aires. De bajo perfil, pretendía evitar los comentarios de pasillo en el Palacio de Tribunales. No obstante, la relación parecía afianzarse día a día. Y a ese viaje a Miami le siguió uno a Italia y otros a Punta del Este. Al año siguiente, los viajes fueron una constante para la pareja: Madrid, Río de Janeiro, Dubai, India y nuevamente Miami y Punta del Este.
Fue en 2013 cuando decidieron por primera vez sumar a los hijos de ella, lo que significó una prueba de fuego. Una semana en Brasil y la pareja salió airosa. Así que en marzo celebraron yendo a Qatar. En 2014 se fueron al Mundial. Y ya en los últimos viajes, más que afianzados, Lorenzetti permitió dejarse ver con ella en algunas conferencias. Hoy la rutina de la pareja se divide entre Rafaela y Puerto Madero, donde el juez se queda cuando está en Buenos Aires.
El inicio de la feria judicial marca, se supone, el de la luna miel cuyo destino es, hasta hoy, secreto.