PROTAGONISTAS
a la caza del voto fememino

Michelle Obama, la mejor aliada de Hillary Clinton

A menos de un mes de las elecciones, se cargó la campaña al hombro y en su último discurso apuntó de lleno contra Trump.

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Duelo. Trump: misoginia y disculpas. Michelle dijo que cree que él toda su vida trató irrespetuosamente a la mujeres. | AFP
Sí, aunque ella lo niegue y aún no haya encuestas publicables al respecto, Michelle Obama sigue demostrando que es un cuadro político central para el Partido Demócrata de los Estados Unidos. Además, que no será un retiro en alguna propiedad de su Chicago natal el único espacio que habite en los próximos cuatro años, tanto si gana Hillary Clinton como, y sobre todo, si por esas cosas los republicanos vuelven a tomar la Casa Blanca.

Si alguna duda quedaba de que fue ella quien animó a su marido a ser presidente no una sino dos veces, el apasionado discurso que dio el jueves último para potenciar la figura de Hillary Clinton es un ejemplo del impulso que la motoriza cuando está convencida de una idea. O, como en este caso, de una persona. La cita fue en New Hampshire, y fueron 28 minutos –sin papel a la vista como ayuda memoria– sólo interrumpidos por vítores y aplausos después de enunciar ciertos conceptos. Y no fue ni elíptica ni se manejó con sugerencias o metalenguaje. Días antes, Donald Trump le había dado un motivo para ponerlo en la mira y apuntar de lleno contra el competidor de Hillary.

Sin piedad. En un video registrado en 2005 que casualmente filtró un periodista en esta etapa de la campaña, el ahora candidato republicano habló de la facilidad con la que obtenía beneficios amorosos de las mujeres por ser un hombre poderoso y famoso. Hubo disculpas de su parte pero el daño colateral ya estaba hecho. Y a Michelle Obama, obviamente, tampoco logró convencerla.

En medio de la campaña, dijo con tono serio: “Hemos escuchado una y otra vez palabras que hieren, teñidas de odio hacia las mujeres; palabras que a muchos de nosostros nos duelen no sólo por ser mujeres sino también por ser padres preocupados por educar a sus hijos para que sean adultos respetuosos, y por ser ciudadanos que creen que sus líderes deben tener un estandard básico de decencia humana. Y en esta elección tenemos un candidato a presidente que, en toda su vida y en el curso de esta campaña, dijo cosas sobre las mujeres tan tremendas, tan despectivas que ni siquiera puedo repetirlas aquí esta noche. (...) Y no puedo creer que haya un candidato a presidente de mi país que se jacta de acosar sexualmente a las mujeres. (...) Nada me gustaría más que imaginar fue un mal sueño, que no sucedió. Pero sí pasó y no podemos ignorarlo; no fue una broma de vestuario. (...) Hay un hombre poderoso que habla abiertamente y sin pudor sobre un comportamiento sexual predatorio y se burla de besuquear y toquetear a mujeres usando un lenguaje tan obsceno que muchos de nosotros se preocuparían si nuestros hijos escucharan eso en la televisión”.

Estas frases fueron el nudo de su encendido discurso que cerró explicando cuán importante es que las mujeres vayan a votar e inciten a otros a hacerlo. Y lo ejemplificó contando que fue el voto de las mujeres el que en 2012 hizo ganar a Obama por segunda vez.