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“Un trabajo difícil”: el discurso de Fontevecchia ante el empresariado

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Saludo. Fontevecchia y Eurnekian intercambian lugares en el atril. | Pablo Cuarterolo

En 2005 el país apenas se estaba comenzando a recuperar económicamente del 2002, cuando había confluido el mayor default de deuda del mundo y la mayor crisis de Argentina en su historia.

Néstor Kirchner, quien en 2003 había salido segundo y Menem no le había permitido ganar en un balotaje, ese 2005 había ganado su primera elección nacional y desplazando a Duhalde, pasando así a ser, amo y señor del peronismo, comenzaba a mostrar los defectos que luego caracterizaron negativamente al kirchnerismo.

Atacó a los empresarios tomando como significante a Alfredo Coto, a quien en noviembre de ese año le tocaba presidir la reunión de IDEA en Mar del Plata, por decir que la inflación del 2006 rondaría el 12%, meses después Roberto Lavagna tuvo que renunciar tras haber denunciado el capitalismo de amigos que hoy se está juzgando en los tribunales mientras, paralelamente, Néstor Kirchner desarmaba los mecanismos de control y auditoria del estado involucionando institucionalmente al país.

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En ese contexto anti empresas, cuando todos los medios apoyaban al Gobierno o se hacían los distraídos, Perfil consideró que debía colocar su capacidad comunicacional en apoyo a los empresarios con un lema: “sin empresarios no hay empleo”. De allí surgió el primer Premio Fortuna realizado entonces en los salones del Hotel Hilton.

Hagamos un repaso de qué es ser empresario. En el siglo XVIII el empresario ya era definido como actor social, era quien “asume el riesgo derivado de la incertidumbre que implica comprar a precios ciertos y vender a precios inciertos”. Por entonces Jean Baptiste Say, el de denominada Ley de Say donde la oferta determina la demanda, estableció “la importancia del empresario como motor de la acción en la economía”.

En 1921 Frank Knight escribió que comenzar cualquier empresa implicaba “un juicio intuitivo”. “La manera en la que los empresarios tomaban una decisión resultaba un misterio científicamente impenetrable”. En su célebre tratado: “Riesgo, Incertidumbre y Beneficio” Knight sostuvo que “el empresarios es el único factor productivo, establece una clara distinción entre riesgo e incertidumbre y por medio de ellos explica el beneficio que percibe éste”.

En 1957 Joseph Schumpeter el economista de la innovación y la destrucción creativa, sostenía que “la función del empresario consiste en reformar o revolucionar el sistema de producción, explotando un invento, o, de una manera más general, una posibilidad técnica no experimentada para producir una mercancía nueva o una mercancía antigua por un método nuevo, para abrir una nueva fuente de provisión de materias primas o una nueva salida para los productos, para reorganizar una industria”.

A lo largo de los años el papel central del empresario en la actividad económica se fue definiendo con distintos significantes pero siempre con el mismo significado: asumidor riesgo, aprovechador de oportunidades, agente con ingenio productivo, reductor de incertidumbre, coordinador, árbitro, innovador..

En 2019 la fundación “Observatorio Pyme” produjo un trabajo comparando la densidad empresarial en Australia donde hay 88 empresas cada mil habitantes, con Argentina donde tenemos 14 empresas cada mil habitantes. Lo que se ve reflejado en el PBI per cápita: el de Australia de u$s 51.812 y el nuestro de u$s 22.063 medido en el mismo año según el Banco Mundial.

Si el empresario es un absorbedor de riesgo un país como la Argentina que hace dos semanas se acercó a los tres mil puntos de riesgo país precisa más empresarios

Volviendo a Frank Knight, él establece su famosa distinción entre “riesgo” e “incertidumbre”. Para Knight el “riesgo” es aleatoriedad con probabilidades conocidas mientras que la “incertidumbre” es aleatoriedad con sospechas desconocidas.

Maquiavelo, en El Príncipe, le requería al político dos virtudes: voluntad y fortuna. Para Knight el éxito de un empresario depende de tres virtudes: capacidad, esfuerzo y suerte.

Un trabajo difícil. Mi reconocimiento a todos los que se dedican a él.