Esta semana terminó Farsantes, la tira semanal de El Trece que seguramente se alzará con varios premios Martín Fierro este año y que generó tensiones e intrigas tanto en la pantalla como fuera de ella. Si bien situaciones como éstas no son nuevas en el mundo de la televisión, quizá sí pocas veces sucedió que casi todos los protagonistas de un producto exitoso, se mandaran,por ejemplo, indirectas entre ellos a través de los medios. Y esto generó un cotilleo que, aunque no fue redituable en puntos de rating, puso al descubierto al menos en parte, cuanta importancia parece tener el ego –justificado o no– en actores que no ocupan páginas ni minutos televisivos con escándalos personales.
Sobre esto, algo se animó a revelar Carolina Aguirre –responsable junto a Mario Segado del guión de la serie– a dos personas que de televisión y de manejo de egos y estrellas saben bastante, Bernarda Llorente y Claudio Villarruel, en el programa que ambos conducen en Radio Del Plata.
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Respecto a las internas del elenco y las bajas (N. de la R.: Benjamín Vicuña y Facundo Arana) que tuvo el ciclo dijo: “Es tremendo, te destroza la tira. Yo siento que el compromiso que uno toma cuando encara una ficción es privilegiar el producto ante todo. (...) Entonces hablar con uno, chusmear, contar, irse o lo que fuere, no pertenece a mi forma de entender el oficio. Puede haber motivos personales y miles de razones, pero a mí me tienen que sacar con las patas para adelante de mi tira. Ese es el trabajo. Yo siento que lo primero que hay que cuidar es el equipo y el producto y después viene uno.(...) Si a vos tus principios te impiden hacer una cosa, está bien que tomes una decisión; yo decido terminar la tira porque es un compromiso. Si despegás un avión, en el medio no te podés arrepentir, tenés que aterrizarlo.”
Benjamín Vicuña fue el primero en irse del elenco porque tenía otros compromisos. Pero como la historia de amor entre su personaje y el de Julio Chávez fue central para que la tira se consagrara, en el último capítulo que se emitió el miércoles 12, Pedro –tal su nombre en la ficción– reaparece y la creación de esa secuencia fue inspirada en un hecho que le sucedió a Carolina. “Sólo cinco personas la habían visto. La tomé de una experiencia personal: una vez soñé que mi marido había muerto. Me desperté llorando desconsolada, no podía salir del sueño y cuando él llegó a la cocina caminando, me pegué un susto tremendo y mi sensación fue como de aparición.”
